Son los creadores de unas baldosas inteligentes, de plástico reciclado, que se apoyan en generadores electromagnéticos que cuando se accionan, generan energía. «Transmitimos la energía cinética y la convertimos en electricidad para el uso cotidiano», señala Degea.
Al desarrollar esta tecnología, Stepzen, finalista de Connect’Up Start 2019, puede maximizar las pisadas, recolectar datos y por ejemplo, «contabilizar el número de personas que salen y entran por el aeropuerto de Palma». Haciendo uso del Big Data, en tiendas podrían calcular en qué pasillos hay más tráfico de clientes y descubrir qué productos llaman más la atención. En la actualidad están trabajando en un prototipo y calculan que en tres meses tendrían listo el producto mínimo viable.
Ya hay tres grandes empresas nacionales que están interesadas. Si se instalaran esas baldosas en un gimnasio, solo con una hora de spinning se produciría tanta electricidad que sería capaz de iluminar esa misma estancia durante cinco horas con luces led.