Miguel Cardona está al frente de este proyecto, finalista de Connect’Up Start 2019, en el que el dron es el protagonista absoluto. Equipado de cámaras multiespectrales y térmicas, analiza cualquier tipo de cultivo: en una hora es capaz de examinar diez hectáreas. A partir de ahí se extraen unos valores y un software procesa las imágenes y calcula el índice de vegetación y la biomasa, si sufre estrés, exceso de agua y fertilizantes o la presencia de plagas.
Cardona señala que este sistema ya funciona en viñedos como Emilio Moro o Freixenet y supone una rebaja del 15 por ciento de los costes mientras alza la producción un 10 por ciento. La novedad de su proyecto radica en que puede aplicarse al medio ambiente y forestal de manera preventiva. Así, es capaz de advertir los puntos calientes en peligro de incendio o de plagas, que se pueden prevenir hasta con 40 días de antelación. Con los rayos infrarrojos se puede advertir el deterioro de la planta que el ojo humano no ve.
Esta herramienta se desarrolla en Menorca, Reserva de la Biosfera. En la actualidad el proyecto se encuentra en un punto de validación y requiere de inversión para la adquisición de drones, aunque ya dispone del software.