—Baleares lidera el índice de siniestralidad laboral desde hace años, ¿qué está pasando?
—La situación de Baleares responde a una economía de servicios, que tiene unos periodos de actividad muy concentrados. Eso hace que se trabaje de una forma muy intensa durante unos meses, que es cuando se producen buen parte de los accidentes, en su mayor parte leves. Debemos trabajar en rebajar este número de accidentes, que tienen mucho que ver con las jornadas, con la ergonomía… debemos corregirlo entre todos.
—¿Cómo se está planteando la desescalada en Baleares?
—Salud marca las instrucciones. El Ministerio de Sanidad, a través de órdenes ministeriales, y la Conselleria de Salut coordina aquí su aplicación. En la parte más técnica interviene el Instituto Balear de Seguridad y Salud Laboral, que hoy se ve como una herramienta que era necesaria tener. Se puso en marcha la pasada legislatura, puesto que en Baleares no existía. Sanidad marca todos los criterios. La COVID-19 es un problema de salud pública. Ellos dirigen las actuaciones y nosotros coordinamos e intentamos hacer los mejores protocolos para evitar riesgos en el ámbito laboral.
—Si se cumple la normativa, ¿los trabajadores de Baleares pueden estar tranquilos, trabajan sin peligro?
—Sí, claro.
—¿Ha provocado la pandemia de COVID-19 una relajación en las medidas de seguridad habituales?
—No. Precisamente, lo contrario. Se ha puesto de manifiesto la necesidad de elaborar nuevos protocolos, más adaptados. Hay aspectos que se han mejorado mucho en medidas de protección colectivos, como las separaciones. Nadie duda ahora de los equipos de protección individual cuando durante muchos años había sido uno de los temas recurrentes a la hora de vigilar para que se utilizasen, que se facilitasen por parte de las empresas. Ahora, hemos avanzado de forma muy rápida.
—¿Ha aumentado el número de inspectores? ¿Cómo se controla que se cumpla la normativa?
—Durante esta legislatura habrá aumentado en un número muy importante. Ahora, hemos de conseguir que se incorporen con prontitud los subinspectores de seguridad y salud laboral, que tendremos tres nuevos en Baleares.
—¿Tienen los sanitarios los equipos de protección necesarios para poder realizar su trabajo sin peligro?
—Salut ha coordinado los equipos de protección para el personal sanitario y en otros ámbitos de la administración han sido las Consellerias competentes. En los primeros momentos hubo diferentes tipos de problemas. En este sentido, tanto la presidenta como la consellera han agradecido el especial esfuerzo del personal sanitario, exponiéndose en muchos casos de forma directa individual.
—¿Para qué sirven los equipos de protección individual?
—No es nuevo. En muchos ámbitos se han utilizado siempre; en el resto, deben acostumbrarse. Se están generalizando para muchos sectores, en los supermercados, en el trabajo de las cajeras, se instalan medidas de separación. La seguridad y la salud en el trabajo se ha situado como una de las principales garantías para la ciudadanía. El cambio en materia de prevención de riesgos laborales es muy importante. La prevención laboral debe integrarse en la empresa.
—¿Qué medidas preventivas pueden adoptar los trabajadores?
—Las medidas preventivas en el ámbito laboral las marca la empresa, la evaluación de riesgos y el servicio de prevención. Los trabajadores, al igual que el resto de ciudadanos, han de cumplir con determinadas medidas higiénicas que son las que recomienda Salud para todos los ámbitos. Desde que se entra en el centro de trabajo es la empresa la que marca las obligaciones y la responsable última. Debe garantizar la salud de sus trabajadores dentro del ámbito empresarial.
—¿Que debemos hacer cuándo hay una sospecha de contagio?
—Hay que activar los protocolos de seguridad para evaluarlo y valorarlo según marca Salut.
—¿Hay que hacer tests a todos los trabajadores? ¿A cuáles? ¿Con qué frecuencia?
—Son los epidemiólogos los que tienen que marcar la estrategia de salud pública. Nosotros somos una de las comunidades autónomas que más test hace. Hemos hecho siempre que ha sido necesario. Los epidemiólogos son los que marcan la estrategia a seguir, tanto en el estado como en Baleares.
—¿El teletrabajo ha llegado para quedarse?
La digitalización se ha acentuando mucho en estas semanas. Parece claro que hay formas que se quedarán. Hemos de conseguir que herramientas positivas no se conviertan en una manera de no poder controlar el tiempo de trabajo.
—En ocasiones da la sensación de que la salud va en contra de la economía…
—Es lo contrario. Una economía no puede permitirse miles de muertos. La economía tiene que ser social, democrática. No se puede ver como una contraposición. Es tanto como decir que los trabajadores que han parado y que han exigido parar en muchos sectores por riesgos a la seguridad y a la salud han atentado contra la economía. Es normal que una sociedad avanzada como la nuestra priorice determinados valores.
—¿Quien debe decidir las condiciones de seguridad de clientes y trabajadores en el ámbito del turismo? ¿Habrá un protocolo internacional? ¿Decidirá cada estado? ¿O serán las comunidades?
—Hay un acuerdo en la conferencia sectorial de turismo por el que el Ministerio, a través del Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), establecerá los protocolos de seguridad a nivel nacional. Es un sector que tiene problemáticas muy similares. La lógica es que exista una homogeneización. En temas de transporte y movilidad debe regularse a nivel europeo.
—¿Cómo se controlará la salud de los turistas? ¿Habrá test para todos? ¿Pasarán por un túnel de control de temperatura?
—Son temas que se están trabajando. El ICTE lo definirá. La lógica hace pensar que los controles deben hacerse antes de entrar, pero es un tema que deberá decidir la Unió Europea.
—¿Cuándo considera que podrán llegar turistas internacionales?
—Esperamos que lo antes posible. Vivimos del turismo internacional. Una vez se abra la actividad turística, necesitaremos a los visitantes internacionales. La seguridad en la apertura será básica para que nuestra imagen no se deteriore.