Terminada la reunión del G20 de 2016 en la ciudad China de Hangzhou, se publicarán crónicas y reportajes sobre lo tratado, sobre avances y escollos en muchos temas que afectan a la economía mundial, desde los peligros de un nuevo proteccionismo, a los retos del Brexit.
Quizá, a las pocas horas de cerradas las sesiones del G 20, sea conveniente destacar, como algo concreto, el acuerdo y compromiso alcanzado por los Estados Unidos y China, para luchar contra el cambio climático. Ambos países son los principales emisores de residuos de efecto invernadero, entre los dos emiten el 40% del total, por lo tanto, dichos acuerdos son relevantes para el bienestar y el equilibrio ecológico del planeta.
Se trata de una ratificación de resultados de la reunión de París de finales del año pasado, la llamada COP 21, una cita en la que 195 países se comprometieron a controlar la contaminación, por lo tanto, el acuerdo, es una buena noticia para todos.
Las resoluciones de París entran en vigor cuando países que representen el 55% del total de las emisiones firmen el compromiso. La inclusión de Estados Unidos y de China en esta acción, marca un salto cuantitativo y cualitativo indiscutible. Estas políticas deberán tener su reflejo en la actividad de las empresas, en la gestión de las ciudades y, en suma, en conseguir un modelo de crecimiento económico compatible con el medio ambiente a plazo medio y largo.
La tecnología y un management profesional y de calidad ayudarán a conseguir un cambio de la situación, por otra parte necesario.
Sobre la cumbre del G 20 que acaba de celebrarse, puede destacarse una frase de Paloma Almoguera en La Vanguardia Digital:
-«Algún día quizás veamos hoy como el momento en el que decidimos salvar el planeta», dijo el presidente de EEUU, Barack Obama, al anunciar, en presencia de su par chino, Xi Jinping, y del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que EEUU se sumaba a ratificar el acuerdo-.