Hace pocos días un artículo se centraba en las tendencias que se observan en el mundo de la moda, por las que las empresas amplían su oferta de productos, en este caso prendas de vestir, destinadas a segmentos del mercado a los que quizá no se había dedicado suficiente atención hasta ahora. De hecho, cada vez son más los diseñadores y marcas de moda nacional y extranjera que apuestan por lanzar marcas y colecciones para mujeres «reales».
A juicio de los expertos, como Inmaculada Urrea o Nuria Aragonés, entre otros, junto al profesor de la Universitat Abat Oliba CEU, José Luis del Olmo; en general, la inclusión de este tallaje en las prendas de vestuario, obedece a la voluntad de aumentar la oferta para incrementar los volúmenes de ventas. Algo que desde el punto de vista económico es legítimo y fuente de progreso, si entendemos que la expectativa de beneficio es una señal que el mercado da a los agentes económicos (en este caso fabricantes de prendas) para cubrir necesidades que son demandadas por los consumidores que, en este caso, precisan tallas algo mayores a las que ofrecen las gamas standard.
José Luis del Olmo, director del grado en Marketing y Dirección Comercial, de quien el artículo citado, destaca la opinión de que, las nuevas líneas de tallas especiales, son una herramienta de las empresas para aumentar la demanda.
Descrito de esa forma y en un texto breve, quizá no quedan reflejados los matices necesarios cuando un experto de la comercialización describe este fenómeno, en el sentido de que aumentar los clientes potenciales, si se hace con lógica empresarial, generadora de beneficios, tendrá un efecto positivo al ampliar el mercado a servir, es decir perfecciona la oferta.
Una mayor oferta de productos, generará, sin duda, una mejor cobertura del mercado, haciendo normal, lo que es normal en amplios segmentos de la población, en cuanto a tallas, contribuyendo a mejorar las posibilidades de elección y, por lo tanto, introduciendo bienestar, al igualar la posibilidad de vestir, sin servidumbres excesivas y artificiales, impuestas por unos códigos estéticos (la delgadez) que precisan una revisión.
Todo lo anterior son esbozos que reflejan la importancia del sector de la moda, tanto en el ámbito industrial, como en el social, una materia a la que José Luis del Olmo ha dedicado y dedica esfuerzos, tanto en la docencia universitaria, como en sus publicaciones académicas y de divulgación.
Artículo de Joaquín Solana. Profesor del grado en Dirección de Empresas, Uiversitat Abat Oliba CEU.