El paso del tiempo suele dar nuevas perspectivas a alguna obras. Es el caso de la creación de la Ma-15. Desde el comienzo de las obras y su puesta en marcha en 2006 no fueron pocas las dudas que despertó en algunos representantes políticos. El consumo del territorio siempre preocupa a muchos sectores de la sociedad mallorquina y que obliga a ir con pies de plomo en lo que a creación de infraestructuras se refiere. Sin embargo ahora, 15 años después, con un funcionamiento eficaz, un impacto moderado en el terreno y un aumento de la seguridad indiscutible, muchas de aquellas dudas se han disipado.
Los cambios siempre inquietan y para localidades como Vilafranca la construcción de la carretera y la variante que habría de sacar a los coches del pueblo y hacer de su calle principal una calle normal y corriente, era algo inaplazable. El volumen de coches estaba muy por encima de lo que era admisible en una calle de esas dimensiones, que partía el pueblo. Algunos comerciantes, como los de aquellos pintorescos puestos de melones, tuvieron que cerrar sus puertas y eso nunca es agradable para un responsable político. Sin embargo muchos otros continuaron abiertos y llegaron a valorar la nuevasituación. Pero quienes sin duda se vieron más beneficiados fueron los vecinos, que ya no tenían que jugársela para ir de una acera a otra. Vilafranca se adaptó y ahora es un pueblo que valora, empezando por su alcalde, la pacificación de su casco urbano.
No solo estos pueblos, como Vilafranca o Algaida pudieron vivir una nueva paz, otros, más allá del trazado principal vieron en la vía una nuevaoportunidad, que repartía mejor las oportunidades. Varios de esos pueblos, como Sant Joan, Petra o Porreres, se vieron reforzados social y económicamente por una carretera que los ponía en una mejor situación. Un importante nicho de mercado de la industria turística que venía y que entonces apenas se intuía, basado en el visitante que busca la autenticidad de personas y paisajes, pero a la vez valora la comodidad, pudo llegar a esos lugares. La viviendas vacacionales o los hoteles rurales no habrían crecido ni generado trabajo y rentabilidad en la misma medida con unas conexiones anticuadas y poco atractivas.
Los profesionales del campomallorquín alrededor, tan importante en el carácter y el valor de esa zona, ganó seguridad y tranquilidad en sus desplazamientos. Sirva recordar como un coche familiar o un camión de gran tonelaje podían compartir carril durante kilómetros con un tractor, con el consiguiente peligro para ambos. No se puede olvidar otro factor que preocupa a los responsables políticos. Cuando se crean dotaciones y servicios como por ejemplo un hospital (sirvan como referencia el de Manacor o Son Llàtzer), y la vía principal que lleva a ellos es deficitaria, el ciudadano tendrá una percepción menos positiva de su experiencia como usuario. Esto redunda en el descontento, que todo responsable público quiere evitar.
«La carretera permitió mejorar la conexión con Son Ferriol y Son Llàtzer»
La ciudad de Palma fue también uno de las grandes beneficiadas por el desdoblamiento de esta carretera, que supuso la apertura hacia el este de la Isla y una movilidad recíproca entre todos los municipios de esa zona y la capital. En su disposición como punto del que parten las principales vías radiales que comunican la Isla, mejorar este eje tan importante y con tanto volumen de tráfico resultó clave en muchos factores. El teniente de alcalde encargado del área de Mobilitat Sostenible del Ajuntament de Palma, Francesc Dalmau, analiza los aspectos claves de la transformación. «El desdoblamiento de la antigua carretera C715 entre Palma y Manacor hace ya 15 años, permitió mejorar las conexiones de la ciudad con la zona de Son Ferriol y con Son Llàtzer. Al mismo tiempo hizo que tanto el trayecto principal entre las dos ciudades, como la conexión con los municipios de Llevant ganara significativamente en cuanto a seguridad vial» afirma Dalmau. Según relata el teniente de alcalde, en cuanto al planteamiento y diseño de las obras «fue el de un tipo tal que dio como resultado un tipo de vía muy novedosa en su momento». No obstante, como en todos las áreas y las infraestructuras, las necesidades van cambiando y ampliándose. Por tanto, Dalmau asegura que «visto con la perspectiva de que dan los años y atendiendo a criterios de utilidad y sostenibilidad, si hoy se volviera a planificar esta carretera, se debería tener en cuenta, al menos en el tramo urbano, la incorporación de un carril bici y un espacio destinado a peatones». Esto, asegura Dalmau, «mejoraría la conexión en bicicleta y a pie de un núcleo urbano con las particularidades de Son Ferriol con el entramado de la ciudad». No se da por asumido que el trabajo y las reformas no puedan afectar a una infraestructura y se la considere estática. Por el contrario la realidad es que desde el Ajuntament de Palma y más en concreto desde este departamento de Mobilitat Sostenible, «se trabaja actualmente, en coordinación con los departamentos de ese ámbito del Consell de Mallorca, para lograr que esta conexión ciclista y peatonal, tan necesaria, termine siendo una realidad en los próximos años». El objeto final es aprovechar la vía para «cohesionar y acercar los núcleos de población de Son Llàtzer y Son Ferriol con el centro de Palma».
«Los negocios se adaptaron a la nueva situación y continuaron su actividad»
Montserrat Rosselló está al frente de Vilafranca de Bonany y ofrece una visión global sobre el desdoblamiento. Su visión se resume en algo tan sencillo como significativo de la situación que vivía la localidad antes de las obras, cuando la carretera lo atravesaba por su centro: «Ahora se puede cruzar la calle». Era una situación incómoda y peligrosa que se ha revivido cuando alguna incidencia ha obligado a desviar el tráfico de nuevo por el casco urbano.Valora aquel cambio como algo «que el pueblo necesitaba y que fue muy positivo» y respecto a la incidencia económica en algunos negocios es claro afirmando que «quien quiere entra a comprar y ahora lo puede hacer además sin problemas. Los negocios se adaptaron a la nueva situación y continuaron con su actividad» asegura. Añade que «el sentimiento en el pueblo era que sacar la carretera era necesario» y que «en general mejoró la vida de los vecinos. Aunque tuviera un coste territorial, la variante mereció la pena».
«El desdoblamiento puso al pueblo en el mapa de la industria turística»
Sant Joan es uno de los pueblos que indirectamente se ha beneficiado de los cambios en la carretera Palma-Manacor. Su alcalde, Francesc Mestre, no duda en calificar la transformación como «muy positiva». Añade que «somos un municipio pequeño, con malas comunicaciones y una gran dependencia del vehículo privado». «La carretera era muy necesaria, también para mejorar la seguridad» afirma. «Muchos trabajadores agrícolas se desplazaban con tractores y desde entonces lo hacen de manera más segura. La ventaja en el descenso de accidentes es indiscutible». Respecto al factor turístico, Mestre destaca que «la carretera puso al pueblo en el mapa de la industria del turismo, que comenzó a valorar a los pueblos del interior de la Isla y su potencial». «Gracias a una mejor conectividad se desarrollaron las viviendas vacacionales, de las que ahora tenemos unas 50 y se pusieron en marcha dos agroturismos a los que próximamente se añadirá un tercero»», afirma.
«Para el usuario fue un cambio positivo en todos los sentidos»
José García utiliza al menos una vez a la semana la carretera desdoblada para acudir a compromisos relacionados con su actividad. Piensa que «para el usuario el cambio en la carretera fue positivo en todos los sentidos». Respecto a la vieja carretera, recuerda usarla cuando era niño, en el coche de sus padres, y escuchando las quejas de estos sobre la peligrosidad del trazado. «Ahora que soy un usuario más de esta, puedo comparar y la conclusión en muy clara: ha mejorado. García valora las mejoras del desdoblamiento especialmente en cuanto al firme de la vía, que para él es sin duda «de una calidad muy superior».
«Es importante la seguridad que se siente al circular por ella»
Caterina trabaja para varias empresas repartidas por toda la Isla y ha de realizar visitas periódicas a sus clientes. «La rapidez con la que ahora se puede llegar a los sitios es muy importante para mí», sostiene, y eso es posible desde que se desdobló. «Creo que la calidad de los materiales es una buena, sobre todo en el asfaltado y en comparación con lo que había antes» afirma Bibiloni, a la vez que pone de relieve la consecuencia más directa de esta calidad: «Lo más importante la seguridad que se siente cuando circulas por ella. Nada en comparación con la de antes». En general valora sus desplazamientos por la zona como «mucho más fluidos».
«Beneficia a muchas más personas de las que perjudicó»
Francisco Arrabal reside en Sant Llorenç, por lo que esta carretera está muy presente en su día a día. «La vieja tenía muchos inconvenientes. La reforma trajo ventajas, pero también dio problemas en algunos aspectos, como a muchos negocios de pueblos como Vilafranca, que tuvieron que cerrar», opina. «Hay que reconocer que en general y pensando en todos los usuarios, la nueva es mucho más útil y beneficia a muchas más personas de la que perjudicó al construirse». Arrabal recuerda «los numerosos atascos en la antigua vía, especialmente en los veranos» y lo mucho que facilitó el cambio sus movimientos constantes por motivos de trabajo.
«Creo que las rotondas del tramo son un inconveniente»
«Solo uso la carretera desdoblada esporádicamente, pero me parece muy segura» afirma Manuel García, auxiliar de enfermería. Recuerda la C-715 como anticuada y peligrosa, «con algunos tramos peligrosos y muchas curvas, además de los accesos de muchas fincas». Su reforma trajo un aumento drástico en la seguridad que este profesional del mundo sanitario valora especialmente. «Las varias rotondas que tiene la actual son un inconveniente, pero en lineas generales creo que se realizó una buena reforma que hizo los trayectos por la zona más seguros y aparentemente con menos peligros para los que conducimos».