La carretera de Manacor despliega a lo largo de su recorrido una gran dotación comercial y empresarial. En sus márgenes se encuentran todo tipo de empresas y comercios, desde los más pequeños y artesanales a los más grandes y conocidos. Algunos de ellos, sin importar su tamaño, se han convertido con el paso de los años en emblemáticos y otros no han podido resistir los cambios del mercado. Ya sea manteniendo su carácter tradicional o adaptándose a las nuevas tendencias del comercio, todos ellos hacían de la carretera de Manacor un verdadero centro comercial de kilómetros de extensión, que después del desdoblamiento se transformó profundamente.
Iniciando la ruta desde Manacor hacia Palma, uno de los primeros negocios de gran tamaño que se encuentra son los Viveros Llabrés. Juan Barceló es su jefe comercial y no duda en calificar aquella transformación como «muy beneficiosa» y lo razona así: «Desde entonces hay más volumen de circulación y por tanto más personas que nos ven y que son potenciales visitantes». Respecto a las facilidades para estos clientes, recalca que «la entrada y la salida al vial donde estamos se hizo de manera impecable» y concluye diciendo que «en Manacor había la percepción de que era una obra muy necesaria para aumentar la seguridad».
Un poco más adelante está Terracor, una empresa dedicada al cultivo de frutas y verduras de producción sostenible. «Como usuario, cada día voy a Palma y mi vida ha ganado muchos minutos cada día desde entonces» asegura Guillem Adrover, gerente de la firma. «Como empresa tuvimos que adaptarnos a los viales de servicio. Esto no fue demasiado complicado, pero lo que si se dificultó bastante fue la comunicación entre varias de nuestras fincas de cultivo, que quedaron separadas por la obra» dice. Se añade otra dificultad, la imposibilidad de colocar señales que orienten a los conductores, en virtud de la Ley de Carreteras, que prohíbe cualquier tipo de publicidad visible desde las zonas de dominio público de las vías primarias y secundarias.
A esto también se refiere como un problema la familia Pericàs, con 30 años de tradición en la venta de ropa y dueña de Boets, una tienda de gran tamaño y particularmente reconocible situada a la altura de Montuïri. «Las entradas a la zona donde está nuestro negocio son complicadas, tanto desde Palma como desde Manacor» sostiene. «Si no nos dejan colocar carteles indicativos en las rotondas y cruces de las inmediaciones, es fácil perderse». No obstante su valoración en cuanto a la seguridad ganada en la vía es muy positiva.
Muy próxima a esta empresa está Orquídea, una gran fábrica y tienda especializada en las famosas perlas. Maria Escandell es la directora y coincide en señalar las dificultades en las entradas a este polígono de Montuïri. «Nuestros productos son un símbolo más de Mallorca, con un gran mercado en el visitante de la Isla. Pero es muy difícil que un turista se pare tal y como están los accesos a la zona» se lamenta. Una imagen radicalmente distinta es la que se desprende de las palabras de Antonio Linares, que lleva más de tres décadas al frente de su restaurante Ca’n Antonio, justo pared con pared a la tienda Boets. «Para mi el desdoblamiento solo ha traído beneficios» sostiene desde la barra de su establecimiento. «El primer año resultó un poco engorroso, pero después la situación mejoró» añade. «La gente se mueve más porque les resulta más sencillo y a más gente, más clientes que ven el restaurante y vienen». Asegura que a raíz de las obras, la facturación se incrementó en casi un 30 % y ha continuado creciendo cada año. Su única queja, no obstante, es también la mala señalización de esta zona empresarial junto a Montuïri.
Llegando a Algaida se encuentran dos negocios de grandes dimensiones, la tienda de muebles, Modelmón, y el conocido restaurante Binicomprat. Francisca Gil, encargada de la primera ve en la mejora de la conectividad «un factor que siempre es beneficioso y que aumenta los clientes potenciales». Su situación es privilegiada, junto a la rotonda de entrada al pueblo y tras las obras solo tuvieron que realizar la inversión de modificar los accesos a su aparcamiento. «Los clientes tanto de Palma como de Manacor tienen más fácil llegar y eso nos ha convertido en una opción más para ellos», afirma.
Al otro lado de la carretera está Binicomprat, un restaurante especializado en eventos. No pueden comparar directamente con los tiempos anteriores al desdoblamiento, ya que la empresa actual se hizo cargo cuando la obra ya era una realidad, pero valoran positivamente su ubicación también próxima a la rotonda, sobre todo en comparación con otras empresas situadas más lejos de los accesos. Una de sus responsables comenta que «los navegadores de los coches hoy por hoy traen a la gente sin más problema, aunque otra cosa son las personas mayores, que aún tienen en mente la vieja carretera».
«Hay que apostar por el progreso, aunque tenga un coste» |
«Para el pequeño comercio el desdoblamiento de la carretera entre Palma y Manacor fue muy positivo», asegura Antoni Fuster, presidente de la Associació del Petit i Mitjà Comerç de Mallorca (PIMECO). «Las comunicaciones son muy importantes para el sector del comercio y la mejora de estas va siempre a su favor. Es una situación que hemos vivido en las Islas desde la más remota antigüedad. Nuestro comercio ha ido ligado al transporte y las comunicaciones, que le son imprescindibles». Para el representante empresarial, la nueva infraestructura permitió un cambio en la operatividad, que se tradujo en primer término en que «el pequeño comercio empezó a tener más opciones, tanto con nuevos distribuidores como mejorando su propia distribución». No obstante para estos empresarios se abrió también una nueva competencia con las grandes superficies: «Los avances siempre son un arma de doble filo, pero se ha trabajado mucho desde el sector para que pueda ofrecer lo mejor». En cuanto a la situación anterior, se muestra claro: «No se puede obviar el progreso. Por ejemplo, Internet y el comercio electrónico fue muy bien para unos y fatal para otros. Ante cambios tan profundos, el pequeño comercio es el que suele pagar el precio más elevado, pero aún así lo sensato siempre es apostar por este progreso y seguir concienciando al público sobre las ventajas de las empresas de proximidad», asegura. |
«El desdoblamiento supuso un aumento de la productividad» |
Las empresas que tienen su sede u operan en la ciudad de Manacor experimentaron hace quince años, con el desdoblamiento de la carretera hacia Palma, la llegada de una nueva perspectiva de crecimiento y un fuerte desarrollo de las oportunidades de negocio. La mejora sustancial de las comunicaciones que supusieron las obras de mejora puso a su alcance posibilidades que resultaban hasta entonces casi imposibles con unas conexiones por carretera que apenas podían absorber el volumen de tráfico. Isaac Serra es miembro de la ejecutiva de la Federació de la Petita i Mitjana Empresa de Mallorca (PIMEM) en calidad de vocal, además de reconocido empresario manacorí en el sector digital. Su opinión sobre la mejora de la infraestructura no puede ser más positiva: «Para las empresas de la ciudad supuso básicamente un aumento de la productividad» cuenta. «Todas las actividades que requieren de transporte de mercancías, recepción de suministros o desplazamientos dentro o fuera del municipio para atender a clientes, se beneficiaron del desdoblamiento» asegura. Respecto a los beneficios directos de una mejor conectividad, Serra explica que «los tiempos y costes de los desplazamientos se redujeron y los accesos por carretera a Manacor se mejoraron». Al margen quedaría la consideración de las mejoras en la seguridad, «que aumentó mucho con estas obras». |
«La carretera dio respuesta a una demanda histórica» |
La Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB), agrupa asociaciones y empresas de todos los sectores de actividad. Carmen Planas es su presidenta desde 2014 y en este tiempo ha podido profundizar en todos los aspectos de la actividad empresarial mallorquina. Sobre la infraestructura opina que «el desdoblamiento de la carretera entre Palma y Manacor fue un logro aplaudido por la mayoría de mallorquines. Con estas obras se pudo dar respuesta a una reivindicación histórica de mejora de la movilidad por parte de los pueblos del Llevant». Su importancia es clave para ella: «Hoy en día no entenderíamos las comunicaciones de la Isla sin una carretera que no sólo ha acercado a la capital balear a la ciudad de Manacor y toda su comarca, sino que también ha solucionado muchos problemas de transporte profesional. Con ello se ha facilitado el que muchos sectores empresariales hayan podido progresar económicamente». |