El IMAS gestionó el pasado verano el acogimiento de 23 niños y niñas procedentes de Ucrania. | ENRIQUE CALVO
Actualmente, 390 familias de Mallorca acogen cerca de 600 niños, niñas y adolescentes en el marco de diferentes programas de acogimiento familiar gestionados por el Institut Mallorquí d’Afers Socials (IMAS). En concreto, seis de cada diez niños, niñas o adolescentes con medida de protección viven con una familia acogedora, un dato que hace de Mallorca territorio líder en número de acogidas familiares formalizadas y uno de los pocos donde es menor el número de personas menores de edad con medida de protección en acogimiento residencial.
Acoger es un gesto generoso, solidario y clave para el desarrollo de la infancia más vulnerable. El IMAS gestionó también el pasado verano el acogimiento de 23 niños y niñas procedentes de la región ucraniana de Bucha, que viajaron a la Isla, gracias a la financiación del Fondo Mallorquín de Solidaridad, para pasar unas vacaciones en paz, alejados del conflicto que se vive en su país. El Consell de Mallorca quiso reconocer el gesto de estas y de todas las familias acogedoras de Mallorca otorgándoles el premio Jaume II.
El objetivo del IMAS es seguir creciendo en número, en calidad y, sobre todo, en el trabajo con las familias biológicas para evitar situaciones de desamparo. Aquí es donde el IMAS realiza un intenso trabajo de prevención con intervenciones directas de técnicos de la institución a domicilios de familias con declaración de riesgo. Una de las medidas implantadas por el IMAS, el pasado verano, es el Servicio de Intervención en Crisis para Personas Menores de Edad, destinado a familias con jóvenes de entre 13 y 18 años con problemas de convivencia. Otra de las grandes y más innovadoras apuestas del área de Infancia y Familia ha sido el Programa de Atención Socioeducativa para Menores Infractores (PAMI), que ahora cumple dos años. Mallorca, la Comunidad Valenciana, Cataluña o Aragón son los pocos territorios que disponen de este recurso destinado a prevenir, corregir o derivar situaciones de conflicto social mediante la educación en valores de convivencia y la introducción de cambios en su entorno familiar y social que posibiliten su desarrollo integral como persona. Son casos derivados directamente de Fiscalía y el objetivo del programa es dotarlos de herramientas que contribuyan a evitar su reincidencia.
Un ejemplo del compromiso con la calidad y mejora en políticas de infancia y familia fueron las jornadas organizadas por el IMAS a mediados del año pasado ‘La Familia, Entorno Seguro’. Un total de 150 expertos y profesionales, familias, adoptivas, acogedoras y jóvenes extutelados reflexionaron sobre la importancia de la parentalidad positiva y la necesidad de ofrecer ambientes estables, libres de violencia para garantizar el bienestar de las personas menores de edad y las familias.