La personalización del ejercicio físico (efectividad), la vigilancia médica durante las sesiones (seguridad) y la evaluación de los resultados al concluir el tratamiento son elementos distintivos de este programa de rehabilitación cardíaca, que Juaneda Hospitales ofrece de forma individualizada (no en grupo) y supervisada en sus instalaciones.
La rehabilitación cardíaca es un tratamiento que el cardiólogo aconseja a pacientes que se recuperen de una cirugía cardíaca, padezcan una enfermedad del corazón o hayan sufrido un infarto de miocardio. El Dr. Chiacchio está especializado, precisamente, en la rehabilitación de los casos más graves. La evidencia científica ha demostrado que el ejercicio regular genera una readaptación del corazón que ha estado enfermo, mejorando su fortaleza y resistencia, disminuyendo el riesgo de nuevos ataques, rehospitalizaciones y síntomas, mejorando sensiblemente la calidad y la cantidad de vida de los pacientes.
El ejercicio regular y bajo control que se realiza en estos programas mejora el perfil de riesgo, ayuda a controlar la diabetes y la presión arterial, regula el colesterol y el peso corporal, logrando que el paciente recupere e incluso mejore sensiblemente su forma física, pero sobre todo, aumentándole la protección contra nuevos y peligrosos ataques.
«Es recomendable —explica el Dr. Chiacchio— comenzar en las primeras semanas después del infarto. Podemos lograr que un paciente pueda incluso hacer ejercicio vigoroso en pocas semanas, pero sobre todo, se aumenta su esperanza de vida al reducir el riesgo de nuevos infartos, al que se es más proclive después de haber sufrido el primero». La rehabilitación cardíaca que se realiza en Juaneda Hospitales comprende un programa de ejercicios en instalaciones hospitalarias y bajo control y evaluación médica presencial, por un periodo de dos a doce semanas, después del alta hospitalaria. El programa comienza con una evaluación y con la confección de un historial clínico y de actividad física.
El médico y el paciente colaborarán en la configuración de estos programas, con el objeto de realizar una planificación exhaustiva y personalizada acorde con las necesidades y posibilidades del paciente. Esa fase previa incluye una prueba de esfuerzo para conocer el estado del corazón y planificar los ejercicios. En base a la información recogida se elabora un plan hospitalario de ejercicio cuyas sesiones individuales se realizarán en las instalaciones de Clínica Juaneda, con actividad física controlada en cinta y/o bicicleta, de dos a tres veces por semana, con una duración de 20 a 60 minutos, con el paciente completamente monitorizado durante todo el proceso.
El esfuerzo es continuamente monitorizado mediante electrocardiograma, toma de tensión arterial, control de la frecuencia cardíaca y de la saturación de oxígeno, de los síntomas que el paciente manifieste y de su percepción del esfuerzo. Para todo ello el paciente está conectado a sensores durante el ejercicio. Al concluir las sesiones hospitalarias se programa un plan de ejercicios, de uno a dos meses, que se podrá realizar al aire libre, en domicilio o en un gimnasio. Tras los periodos de ejercicio se realizan evaluaciones, como un ecocardiograma y otra prueba de esfuerzo de control que comprueban que se han superado las limitaciones derivadas de la enfermedad.
«El objetivo es mejorar la condición física del corazón del paciente que ha superado un evento cardíaco, especialmente si ha sido grave», explica el Dr. Chiacchio. Y añade: «Esa mejora, que aleja el peligro de recaída y mortalidad prematura, debe medirse al concluir las fases del programa, a fin de constatar esa mejora de la condición física; la seguridad y la efectividad es un requerimiento imprescindible en Juaneda Hospitales».