La embolización de la arteria prostática (EAP) consiste en llegar a la próstata por la red arterial, mediante un catéter guiado por visión radiológica, y colocar unas microesferas que obstruyen el riego sanguíneo a la próstata hipertrofiada, de modo que ésta se seca y reduce, dejando de obstruir la uretra; sin anestesia y prácticamente sin complicaciones.
Con la incorporación de esta nueva terapia, Clínica Juaneda es el único centro privado de las Islas que realiza ya los tres procedimientos de elección más avanzados y de eficacia clínica probada como técnicas de elección para resolver hiperplasias benignas de próstata: el láser verde, la enucleación holmium y, ahora, la embolización prostática.
«La EAP tiene grandes ventajas para un subgrupo de pacientes a los que no se puede someter a una intervención quirúrgica porque son muy mayores, de 85 a 90 años, o porque sufren un cuadro clínico complejo, que impide o dificulta mucho la anestesia general, cosa que no es necesaria con este nuevo procedimiento», explica el Dr. Benejam.
Particularmente, supone una esperanza para aquellos pacientes «que orinan sangre (hematuria de repetición) consecuencia de una gran hipertrofia, a los que se no se ha podido retirar la sonda, ya que con la embolización se ‘seca’ la próstata y se reduce, de modo que se puede retirar la sonda y desaparece la hematuria de repetición», añade.
«Para pacientes de altísimo riesgo, para pacientes con hematuria de repetición, para pacientes a los que no se les ha podido retirar la sonda vesical porque nadie se ha atrevido a operarlos, creo que la embolización arterial prostática es la técnica elección, dado que es además un procedimiento mínimamente invasivo», destaca el urólogo.
El primer paciente operado en la sanidad privada por este procedimiento ha sido un enfermo de 85 años, que no tenía otra opción, con múltiples comorbilidades, al que se le hizo la embolización precisamente para poder liberarle de la sonda y que pudiera volver a orinar de forma natural, objetivos que se lograron muy satisfactoriamente.
¿Pero en qué consiste la embolización prostática? El Dr. Miguel Casares Santiago, médico especialista en Radiodiagnóstico y Radiología intervencionista de Juaneda Hospitales, explica que la EAP se realiza en una sala especial, guiada por las imágenes de un sofisticado equipo de rayos X, como el que opera en la Clínica Juaneda.
Un radiólogo intervencionista, en este caso el Dr. Casares, de acuerdo con el urólogo que conoce la patología, el Dr. Benejam, efectúa una punción en la ingle o la muñeca e inserta un catéter (un tubo muy fino, de menos de 2 mm de diámetro) en una arteria y lo dirige, navegando a través de los vasos sanguíneos del cuerpo, hasta la próstata.
«Una vez allí, el radiólogo intervencionista –relata el Dr. Casares– bloquea el flujo sanguíneo de la próstata con microesferas (pequeñísimas partículas), privando a las células de la próstata de oxígeno y provocando la disminución de volumen de la glándula» de esta manera la hipertrofia se reduce y deja de obstruir la uretra.
La EAP es un tratamiento mínimamente invasivo que tiene muchas ventajas frente a la cirugía tradicional, como menos riesgo, menor tiempo de recuperación, menor dolor, sin efectos secundarios sexuales y ausencia de incontinencia urinaria El único signo externo que deja es una pequeña marca de punción en la ingle o la muñeca.