El Dr. Luis Masmiquel, integrante, con el Dr. Luis Alberto García, de la Unidad de Obesidad de Juaneda Hospitales.

El regreso de las vacaciones y la llegada del año nuevo son los dos momentos del año de las buenas intenciones, como dejar de fumar o adelgazar. Lo de dejar de fumar es cuestión de vida o muerte y no cabría esperar ni un segundo. Lo de adelgazar no es menos urgente, si el sobrepeso es ya obesidad, pero debe contar siempre con el consejo de un profesional.

Los doctores Luis Masmiquel y Luis Alberto Gómez, reputados médicos endocrinólogos y responsables de la Unidad de Obesidad de Juaneda Hospitales, destacan que «la obesidad, en las personas que la padecen, es un problema de salud que puede llegar a ser grave, mucho más allá de la problemática emocional asociada a la percepción estética».

La necesidad de «un abordaje de la obesidad de cada paciente, ha de basarse en cinco posibles estrategias, que deberán adaptarse a cada caso específico, a cada persona, tras conocer su historia clínica y lo que se denomina factores obesogénicos, que son los envuelven su vida y que pueden ser determinantes», explica el Dr. Masmiquel.

En primer lugar, «la obesidad no es sólo cuestión de estética, hay que curarla para curar o evitar otras enfermedades derivadas», como pueden ser la diabetes, la depresión, apneas del sueño, el asma, la esteatosis hepática y otras enfermedades del hígado, infertilidad, artrosis o gota. Y eso sin entrar en las patologías de una mortalidad más evidente.

La obesidad es también factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares como el ictus, infartos, insuficiencia cardíaca y en general la enfermedad coronaria, que suelen ser causa de muerte prematura en personas que no han controlado su peso a lo largo de la vida. También puede derivar en incontinencia urinaria y rectal, disfunción sexual e impotencia.

Una segunda estrategia que tiene en cuenta el equipo de los Dres. Masmiquel y García, es «la posibilidad de la indicación de los nuevos fármacos antiobesidad (siempre sobre la evidencia científica y bajo prescripción y control médico) que ofrecen beneficios realistas, con reducción de peso, que se percibe cada mes a medida que avanza el tratamiento».

En tercer lugar, para los casos más graves, los tratamientos de cirugía de la obesidad, mediante nuevos procedimientos bariátricos, «tratamientos que logran una gran reducción de peso y una mejora de todas las comorbilidades». Mediante estas técnicas se puede curar la diabetes tipo 2 y en la gran mayoría de casos, retirar las inyecciones de insulina.

Curar la obesidad en la mujer mediante un moderno tratamiento multidisciplinar facilita un mejor pronóstico de las enfermedades asociadas y de otras propias del género, como las consecuencias metabólicas del ovario poliquístico y otras endocrinológicas. La resolución de la obesidad restablece la fertilidad en muchos casos de parejas infértiles.

Como última estrategia —destacan estos especialistas en endocrinología de Juaneda Hospitales— «la obesidad puede tratarse también, de acuerdo a cada caso, mediante intervenciones mínimamente invasivas, como son balones intragástricos y las cirugías endoscópicas», siempre en base a la historia clínica y al consejo médico especializado.

«No hay soluciones rápidas, hacen falta tiempo y hábitos»

Alejandra Pou, nutricionista de Juaneda Hospitales.

Alejandra Pou, nutricionista de Juaneda Hospitales, alerta de los peligros de querer perder peso deprisa desde la perspectiva del control de la alimentación y destaca que el objetivo es establecer unos hábitos saludables de nutrición y vida: «No hay soluciones rápidas. Hay que plantearse las cosas con tiempo e ir estableciendo unos hábitos»

Para empezar, «la famosa Operación Bikini es algo que tendría que parar ya, de lo que tendríamos que olvidarnos. Este tipo de estrategias suponen que me he excedido en un periodo (vacaciones, Navidades…) y que luego hay que compensarlo, de cara a poder lucir el bikini cuando comencemos a ir a la playa».

«Pero es que el cuerpo no funciona así —continúa—. No hay que «compensar» para llegar al verano o a otro momento en que interesa lucirse» después de periodos de comer y beber sin control: «Hay que haber establecido unos buenos hábitos de alimentación, hacer deporte dos o tres veces a la semana, moverse…»

Para esa alimentación saludable y equilibrada hay que incluir frutas, verduras, pescado, legumbres, «y a la hora de hacer la compra, saber lo que estoy comprando, porque leo y entiendo los etiquetados». Con todo esto, añade la nutricionista, «tenemos mucho ganado. No harán falta esas 'operaciones bikini'».

Con esos buenos hábitos cuando, por ejemplo, termina la Navidad o las vacaciones (que al fin y al cabo son unos pocos días de comer un poco más), «sigo con esos hábitos que he tenido durante todo el año. Los excesos peligrosos no son los de 20 o 30 días de comer más, cuando el año tiene 365. Nos tenemos que centrar más en los otros 335 días».

Además, el proceso «no es una línea recta, sino una montaña rusa. Algunos días irá muy bien, otros no. Puede que estemos de mudanza y nos quedemos sin cocina, por lo que tal vez haya que comer más veces fuera de casa. O tengo una familia de tres hijos, trabajo, no me da la vida y tengo que hacer cosas rápidas o con productos congelados…»

Alejandra Pou explica que «hay que adaptarse a las situaciones» y que «cuando ya se han establecido unos hábitos es mucho más fácil. Estos hábitos se pueden comparar a cómo me cepillo los dientes, a que cuando subo al coche me pongo el cinturón de seguridad. Son cosas que hemos aprendido y que ya no salen de forma innata. El comer es lo mismo».

Consultar con el especialista es la garantía del éxito sin riesgos para la salud. Solo médicos endocrinólogos, como los Dres. Masmiquel y García, o nutricionistas como Alejandra Pou tienen la competencia para diagnosticar y tratar enfermedades relacionadas con la obesidad (en el primer caso) o establecer hábitos dietéticos saludables (en el segundo).