El Dr. Santiago Tofé, médico endocrinólogo de Juaneda Hospitales

El Dr. Santiago Tofé, médico endocrinólogo de Juaneda Hospitales, desarrolla dos investigaciones desde este complejo sanitario privado sobre seguridad cardiovascular, ambos estudios de larga duración, en los que se pretende evaluar la capacidad de dos moléculas para reducir eventos cardiovasculares en pacientes de alto riesgo.

«Uno de estos estudios empezó hace un año y medio —explica el Dr. Tofé— y se le prevé una duración de entre 4 y 5 años. El segundo ha dado comienzo hace dos meses y se le prevé una duración de entre dos y tres años. El primero es sobre una molécula cuyo medicamento llegó a España a finales del pasado mes de julio».

El primer medicamento se denomina Mounjaro y su principio activo es la tirzepatida, «un fármaco que tiene mucho interés mediático por ser muy potente para reducir peso en personas con sobrepeso o con obesidad, tanto en el caso de pacientes diabéticos como de los que no lo son», explica el endocrinólogo de Juaneda Hospitales.

El segundo medicamento sobre el que está investigando el Dr. Tofé «es una molécula, la retatrutida, que es una innovación con respecto al Mounjaro, en fase experimental, aún sin nombre comercial, dado que no está aún comercializada en España ni en ningún otro país del mundo. El ensayo forma parte de su desarrollo clínico antes de que se distribuya».

En ambos casos los medicamentos estudiados «son agonistas de receptores de la vía incretínica, que básicamente es una vía hormonal que tenemos todos los seres humanos y que regula el metabolismo energético, con un papel muy importante de la regulación de los niveles de azúcar y de las vías neuronales de las que dependen el apetito y la saciedad».

«Lo que se ha visto de estos fármacos —continúa explicando el Dr. Tofé— es que aparte de regular los niveles de azúcar en pacientes que los tienen altos son capaces de producir una sensación de saciedad bastante potente y duradera en el tiempo, lo que hace que los pacientes coman menos y reduzcan peso».

Los principios activos estudiados suponen innovaciones sobre otras moléculas con efectos similares que han ido surgiendo a partir del desarrollo de las anteriores. Lo que se ha visto en los ensayos clínicos «es que cada vez son más potentes, tanto en su capacidad de normalizar los niveles de azúcar como de producir sustanciales pérdidas de peso».

«Cuando se comparan los datos de los ensayos clínicos de estas moléculas —añade el especialista e investigador— con respecto a las anteriores se ve que las pérdidas de peso son mayores, al igual que su capacidad de regularizar el azúcar en pacientes diabéticos, lo que las convierte en innovaciones terapéuticas con respecto a lo que ya hay».

Medicamentos en la misma línea, anteriores a los que ahora se están investigando son el Ozempic (cuyo principio activo es la semaglutida), el Saxenda (cuyo principio activo es la liraglutida) u otras y que hay ya en el mercado que tienen las mismas funciones, se están usando ya con éxito, a la espera de los resultados de las nuevas moléculas.

Los ensayos que realiza el Dr. Tofé son fases diferentes: «Hablamos de ensayos clínicos en fase 3 como los que básicamente miden la eficacia y seguridad en moléculas que todavía no están comercializadas. Ese sería el caso del segundo ensayo del que estamos hablando, el que se realiza sobre la molécula denomina retatrutida».

Respecto a la otra molécula, la tirzepatida, es el medicamento que se denomina Mounjaro y que ya se puede encontrar en las farmacias, siempre bajo prescripción médica. Este nuevo fármaco ha acaparado muchos titulares porque es de alta eficacia para tratar una enfermedad de muy elevada prevalencia, como es el sobrepeso o la obesidad.

Los estudios que desarrolla el Dr. Tofé desde Juaneda Hospitales, se orientan a «conocer si el uso de estas moléculas en pacientes con obesidad y en situación de elevado riesgo cardiovascular (tras infartos, diabetes o enfermedad renal) en periodos de 3 a 5 años se traduce en una menor incidencia de mortalidad o de eventos cardiovasculares».

Los pacientes son seleccionados, por sus particularidades, de entre aquellos que tratan los equipos médicos y se les ofrece participar en el ensayo clínico, con total seguridad. «Los ensayos clínicos de hoy definen los fármacos que los médicos van a recetar mañana, del mismo modo que los fármacos que se recetan hoy han sido los ensayos clínicos de ayer».

«Nuestro equipo lleva 15 años haciendo investigación clínica», señala el Dr. Tofé y además «estos ensayos se auditan tanto por parte de las autoridades sanitarias como de los propios promotores, la industria farmacéutica, así como por las agencias reguladoras, que en nuestro caso es la Agencia Europea del Medicamento (EMA, siglas en inglés)».

«En la secuencia de desarrollo clínico de una molécula, desde que desde un laboratorio se considera que puede tener una aplicación clínica, hasta que termina en la farmacia y con la posibilidad de ser recetada, esa molécula sigue un programa de desarrollo clínico, en los que lo primero que se evalúa es la seguridad, que se miden en los estudios en fase I y II».

Y añade: «Sólo cuando las moléculas han cumplido con estos estudios de forma satisfactoria y no hay evidencia o amenaza de efecto potencialmente peligroso, es cuando pasan a la siguiente fase del desarrollo, que es donde se evalúa su eficacia para aquello que han sido diseñadas. Pero la seguridad es la base del desarrollo de los fármacos».

«Estamos ante un cambio de paradigma en el manejo de la obesidad»

En estos momentos, ante la aparición de estas moléculas y las que se han desarrollado antes «estamos en un cambio de paradigma del manejo de la obesidad como enfermedad y como pandemia que sufre el mundo desarrollado, donde alcanza prevalencias del 25 al 30% e incluso más, ya que en determinados países, como EEUU afecta a más del 50%».

Hasta ahora, el manejo de esta enfermedad «siempre se ha basado en la modificación del estilo de vida hacia una dieta adecuada, práctica de ejercicio, evitar el sedentarismo y el consumo excesivo de alcohol, de alimentos ultraprocesados y de alta densidad calórica. Eran las únicas herramientas, más allá de la cirugía bariátrica en los casos graves».

«Hoy en día esto está cambiando y tenemos fármacos que aplicados a pacientes con diferentes grados de obesidad conseguimos suficientes pérdidas de peso, aunque lógicamente todo ello combinado con dietas razonables y con la práctica de estilos de vida saludables, mensajes que siempre van a seguir ahí porque nunca perderán vigencia».