— ¿Qué claves marcarán esta edición de las Festes?
— Para nosotros hay dos aspectos claves. Por una parte es fundamental que la gente disfrute de todos y cada uno de los actos programados. Y por otra parte la de poner todos los medios para que sea una fiesta segura. La seguridad de las personas en Sant Antoni és fundamental. Todos sabemos los peligros que acarrea el pino especialmente en Pollença, con lo cual hay que primar la seguridad. Se mantiene también un carácter continuista. Por otro lado, aunque la fiesta fundamental es el Pi, a lo largo de la semana anterior, son numerosos los actos programados, desde talleres de foguerons, de dimonis, de instrumentos tradicionales, gloses, música tradicional, además del concurso de foguerons en la víspera de Sant Antoni.
— ¿Qué importancia tiene hoy en día Sant Antoni?
— Todos coincidiremos que es la fiesta más arraigada y que más se celebra en Mallorca y en Menorca. En cada pueblo con características diferentes, pero en todos ellos de forma muy sentida. Es la fiesta de invierno por antonomasia, donde el protagonismo lo tienen la música, la ximbomba, las gloses y el fuego. Destacaria dos momentos claves: cuando se acaba de clavar el pino y el momento en que se corona. Me encantaria que este año la primera persona en subirlo, ya sea en Pollença o en el Moll, fuera una chica.
— ¿Qué hace del Sant Antoni en Pollença algo especial?
— Seguramente es el municipio de la isla en donde esta fiesta de vive de forma diferente. Así como en la mayoría de pueblos la fiesta es la víspera de Sant Antoni, en Pollença, es el día del santo, el 17.
Y la otra característica especial son los dos pinos que se traen a Pollença y el Moll y la subida posterior a lo alto del pino, con emoción a raudales. Pero lo fundamental es que la gente respete la fiesta y las tradiciones, ya una celebración con mucha participación que se acumula en espacios de reducidas dimensiones.