Vehículo policial (archivo) | Policía Nacional

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La Policía Nacional ha evitado el suicidio de una anciana de 94 años que permanecía encerrada y desatendida por su propia nieta, de 49 años, durante largas temporadas en un piso ubicado en el distrito Norte, que no poseía las mínimas condiciones higiénicas, hechos por los que se imputa a esta última un delito de malos tratos en el ámbito familiar por el que ya ha sido puesta a disposición judicial.

Según ha informado la Policía en un comunicado, los agentes descubrieron que los propios vecinos eran los que hacían llegar comida y agua a la mujer mayor a través del balcón.

La intervención policial comenzó sobre las cinco y media de la tarde cuando los agentes fueron enviados hasta un domicilio ubicado en el distrito Norte, lugar donde al parecer había una anciana que estaba intentando precipitarse desde un balcón para acabar con su vida. Una vez en el lugar, los policías pudieron acceder al piso saltando desde un balcón contiguo al que se encontraba la anciana.

Una vez junto a ella los agentes comprobaron que se encontraba nerviosa y desorientada por lo que su primera actuación fue tranquilizarla, darle seguridad y evitar un desenlace que hubiese sido trágico.

Averiguaron que la mujer estaba conviviendo con su nieta, la cual sería la encargada de cuidarla, pero tenía la costumbre de ausentarse del piso incluso varios días, dejando a su abuela nonagenaria encerrada, sin llaves ni posibilidad de comunicarse con el exterior por teléfono. Por otra parte, también averiguaron que eran los propios vecinos los que le hacían llegar comida y agua a través del balcón.

La anciana también manifestó que creía llevar más de una semana encerrada y que hacía unos días se había caído y se encontraba herida, pudiendo comprobar los agentes la existencia de sangre seca en varias habitaciones, además de encontrar la puerta del piso cerrada con llave. También observaron que el piso carecía de las mínimas condiciones de higiene y limpieza compatibles con una vida digna, así como la ausencia de comida.

El Servicio de Bomberos pudo entrar, también a través del balcón, y posibilitar la apertura de la puerta cerrada, tras lo que la anciana fue trasladada al hospital y la nieta detenida.

Justo antes de que la víctima fuese trasladada al Hospital de Traumatología apareció su nieta, que entró gritando a su abuela acusándola de no tener vergüenza y de ser una persona malvada.