Lo ha dicho en una entrevista de Europa Press, después de que en la reunión de la mesa de diálogo del 27 de julio ambos gobiernos firmaran un acuerdo para avanzar en la desjudicialización, en el que manifestaban la voluntad de llevar a cabo las modificaciones legislativas necesarias --entre ellas podría incluirse la reforma del delito de sedición-- antes de finalizar el próximo periodo de sesiones, es decir, antes de que finalice 2022.
De hecho, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, advirtió el 2 de agosto de que estas reformas deben estar concretadas antes de finalizar el año porque cree que será la manera de constatar la voluntad real del Gobierno de Pedro Sánchez para acabar con la judicialización del conflicto.
Al ser preguntada por si cree que la reforma de la sedición puede llevarse a cabo antes de finalizar el año, Moret ha afirmado que esto corresponde a los gobiernos y que dependerá de si los trabajos en la mesa de diálogo van avanzando, pero ha avisado de que ponerse «metas muy ambiciosas» puede generar frustración.
«Nosotros no nos ponemos metas temporales. Estas negociaciones y el diálogo es complejo, necesita su tiempo, necesita también su proceso. Y el PSC rehuye de metas temporales y calendarios porque si te pones una meta demasiado ambiciosa a veces genera frustración», ha argumentado.
Considera que el plazo de final de año para aprobar estas reformas corresponde a los gobiernos y cree que si se cumple este calendario será positivo, pero ha sostenido que lo importante es que la mesa de diálogo siga funcionando sin presiones temporales y que se vayan logrando pasos: «Sin metas temporales ir trabajando e ir consiguiendo objetivos concretos».
Reforma de la sedición
Moret ha asegurado que de estas modificaciones legislativas para desjudicializar el conflicto «la más importante o la que genera más preocupación a ambas partes» es la reforma del delito de sedición.
Sin embargo, ha reiterado que es una «realidad aplastante» que ahora mismo no hay la mayoría suficiente para tirarla adelante y ha apostado por trabajar para lograr los apoyos suficientes.
«Estas mayorías se tienen que propiciar y el contexto actual es complejo, es bastante complicado. Pero la idea es continuar trabajando y no hay ningún escenario imposible», ha añadido.
Ausencia de junts
La dirigente socialista ha celebrado que la mesa de diálogo se haya retomado después de estar paralizada durante meses y cree que los acuerdos que se alcanzaron demuestran que «es un espacio útil y que hay voluntad de las dos partes para continuar trabajando».
Según ella, cuando comience el nuevo curso político en septiembre los gobiernos fijarán una fecha para la próxima reunión de este espacio y ha criticado que Junts no esté participando: «Nos gustaría que estuvieran los dos grupos que configuran el Govern de la Generalitat. Esperamos que Junts finalmente tome la decisión de participar».
Además, ha reiterado su demanda de que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, convoque la mesa de partidos catalanes para que haya diálogo entre las formaciones con el objetivo de llegar a «grandes consensos» en Catalunya.
Acuerdo sobre el catalán
En la mesa de diálogo de finales de julio Generalitat y Gobierno también alcanzaron un pacto para proteger el catalán y apoyar la ley sobre el uso de las lenguas en la enseñanza aprobada para hacer frente a la sentencia del 25%, pero luego el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) envió esta norma al Tribunal Constitucional (TC).
Pese a ello, Moret ha defendido que se trata de un acuerdo efectivo, ha reivindicado que la ley se aprobó con un amplio consenso y ha confiado en que el TC la avale porque está convencida de que el texto es constitucional: «Estamos convencidos de que no habrá ningún problema.»
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