Archivo - Vista de Vejer | Europa Press - EUROPA PRESS - Archivo

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Unos 600 vecinos residentes en una de las 22 pedanías de la localidad gaditana de Vejer de la Frontera se han quedado sin agua para consumo humano debido al aumento de los niveles de nitrato en el acuífero que surte a estas poblaciones como consecuencia de la falta precipitaciones.

Así lo ha explicado en declaraciones a Europa Press el alcalde de Vejer, Manuel Flor, quien ha señalado que las pedanías que dependen de este municipio se abastecen de agua potable procedentes de los distintos acuíferos. En este sentido, ha indicado que «desde el pasado viernes» en una de ellas, en Varelo el Cañal, no se puede consumir agua del grifo porque presenta un elevado nivel de nitratos «superior a lo establecido» debido a la sequía.

En este sentido, ha afirmado que se han visto obligados a cortar el agua para consumo humano en la pedanía, por lo que han tenido que repartir agua embotellada para todos sus vecinos. Asimismo, ha añadido que se están recogiendo muestras de agua «cada dos días» y ha sumado que los niveles de nitratos «van bastante bien», por lo que se ha mostrado esperanzado en que «en pocos días» se restablezca el consumo de agua del grifo en esta zona rural.

«El agua se puede utilizar para el uso doméstico como poner lavadoras o fregar, menos para uso humano, por eso hemos decidido repartir agua embotellada para todos los vecinos de esta pedanía que hacen un total de unas 140 familias», ha apuntado.

Para controlar los niveles de nitratos ha explicado que la comarca «tiene la suerte» de contar con riqueza en cuanto al agua, si bien ha mostrado sus deseos para que «llueva y se recupere todo».

No obstante, ha avanzado que si no llueve en los próximos meses no van a tener más remedio que hacer restricciones del uso del agua, aunque ha añadido que según los expertos los acuíferos de la zona consisten en «corrientes de agua subterráneas que hace que algunas zonas se recuperen antes que otras». «Lo fundamental es que vengan las lluvias cuanto antes», ha concluido.

Por su parte, algunos vecinos de esta zona rural han señalado que la situación supone un «inconveniente» por el hecho de tener que desplazarse para adquirir el agua embotellada, ya que al estar acostumbrados a «la comodidad del grifo» es «un inconveniente».

Otro residente en la zona ha afirmado que con la sequía los pozos han bajado y también ha contribuido a ello «el derroche de agua de este verano». «Ahora vienen los problemas porque no ha llovido y el nitrato de la tierra ha subido, por lo que el agua del grifo no se puede beber», ha concluido.