Inmueble en el que la joven dejó el bebé robado en Bilbao | Europa Press

TW
0

Pedro Castro, padre del bebé secuestrado del Hospital de Basurto y recuperado posteriormente, ha asegurado que en el hospital no se les entregó ni se les informó de ningún protocolo de seguridad, y que afirmar lo contrario le hace «sentirse culpable» a la madre, por haber dejado a la secuestradora, vestida de enfermera, llevarse a su hijo para supuestamente hacerle pruebas. «Eso me duele», ha afirmado el progenitor.

En una entrevista concedida al programa «Boulevard» de Radio Euskadi, recogida por Europa Press, Castro, padre de Aimar, el bebé que estuvo durante once horas secuestrado por una mujer, ha explicado que «han sido muchas horas de angustia, una montaña rusa de emociones y se sentimientos». «Lo importante que ahora mismo ya está ahí Aimar con nosotros, estamos felices y deseando de irnos a casita y descansar un poco mejor», ha añadido.

Laura, la madre del pequeño, ha pasado la noche con el niño pegado a ella «porque no se despega» de él. «Dentro de lo que cabe, está bien. Estuvo en shock unas horas y ahora ya está mejor», ha añadido.

Sobre el tema de la existencia de protocolos de seguridad y las declaraciones de la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, que ha dicho que «no hay que culpabilizar en ningún momento» a los padres por el secuestro del niño, el padre del bebé ha dicho que no se les entregó ningún protocolo, tampoco a los otros padres que estaban en el hospital y que habían tenido a sus hijos recién nacidos. «A nosotros nadie nos lo han dado para firmar, ni nos lo han dicho personalmente, ni nos han leído nada», ha remarcado.

Según ha aclarado, ha sido cuando ha pasado todo, cuando les han comunicado que había un protocolo de seguridad. Tampoco hace tres años, cuando tuvieron en el mismo centro hospitalario a su hija Alaia, les entregaron nada. «Te duele que digan que nos han dado el protocolo porque es mentira y lo que hace es que ella (la madre) se sienta más culpable», al dejar a la secuestradora, que se hizo pasar por enfermera, llevarse a su hijo para supuestamente hacerle pruebas.

Relato de la desaparición

Pedro Castro ha relatado la noche que pasaron desde que su hijo fue secuestrado. El padre se alarmó cuando vio que no traían al niño a la habitación después de que una supuesta enfermera --por la que se hizo pasar la secuestradora-- se la hubiera llevado para hacer pruebas. El personal del Hospital le respondió que era imposible que se lo hubieran llevado a hacer pruebas a esas horas.

«Se iban preguntando unos a otros a ver si alguno de ellos sabía si alguien se había llevado al niño para hacer las pruebas. Yo tenía la esperanza de que alguien dijera que sí. Pero, cuando vi que nadie sabía nada, me puse nervioso: '¿dónde está mi hijo?, buscando por todos los lados, y empezó la pesadilla», ha destacado.

Pedro Castro se puso a gritar por los pasillos, posteriormente llegó la Ertzaintza y le intentaron calmar. Entonces, salió fuera para buscar en contenedores, entre arbustos y por las esquinas. «Subía para arriba, bajaba otra vez... lo que un padre que estaba cardiaco haría en ese momento», ha apuntado.

Dispositivo de la ertzaintza

Según la relatado, la Ertzaintza montó un dispositivo «de una magnitud terrible», y ha agradecido la labor y la actitud de la Policía autonómica y del personal sanitario, «que se han portado muy bien» con ellos. También ha mostrado su agradecimiento a la ciudadanía por su apoyo, y a Alicia, la mujer que recogió al bebé de su felpudo y llamó a los agentes. «Se lo agradeceremos toda la vida. Va a ser como alguien de nuestra familia», ha remarcado.

Cuando el jefe de investigación de la Ertzaintza le dijo que habían visto a la secuestradora a través de cámaras por Sabino Arana y Alameda Rekalde, y entrando a una farmacia a comprar leche, le cambió «el pensamiento negativo de que le habían podido tirar a un contenedor o a la ría de Bilbao». «Piensas entonces que es una persona que no está cuerda, que quiere tener un niño, y nos ha tocado. Pero, por lo menos, sabes que lo va a alimentar y lo va a cuidar», ha señalado.

Tal como ha reconocido, el momento en el que se localizó a Aimar supuso «pasar del peor momento de tu vida a los mejores diez segundos». Fue el jefe de investigación de la Ertzaintza el que le dijo por teléfono, a las ocho de la mañana del jueves: 'Pedro, muy buenos días, tengo a tu hijo sano y salvo, en quince minutos lo tienes ahí'.

«Ya bajé las escaleras del hospital corriendo, esperando a que llegaran. Luego, cuando abrieron la ambulancia, salté para dentro y vi que mi niño estaba ahí, estaba muy bien, dormidito y con una mantita térmica. Se le hizo la exploración, conmigo delante. Luego, ya el momento del encuentro con la madre y, cuando lo cogió, directamente donde tenía que ir, a comer», ha narrado.

Pedro Castro espera que hoy mismo puedan salir del hospital y volver a casa, para que Alaia, de tres años, también conozca a su hermano recién nacido.