Lo que sí ve difícil es un acuerdo con otras formaciones políticas, sobre todo ante el «lío» interno que tiene el Grupo Mixto y dado que la izquierda no comparte la bajada impositiva por la que sí apuestan PP y Cs.
En la rueda de prensa en la que ha presentado el proyecto de presupuestos y ordenanzas fiscales, Almeida ha declarado que aprobar unas cuentas «siempre es complicado» y más con la situación aritmética que tiene el Gobierno municipal en el Pleno. Todo esto le ha llevado a destacar el «mérito de haber tenido tres presupuestos gracias al esfuerzo del área de Hacienda y a la generosidad de distintos grupos políticos», en referencia a Vox y al Grupo Mixto.
Martínez-Almeida ha insistido en que se buscará el diálogo con la oposición para llegar a acuerdos aunque no son ajenos a que «la izquierda difícilmente los apoyará tal y como están configurados los presupuestos, como la bajada del IBI al mínimo legal», y que el Grupo Mixto primero «tienen que entenderse entre ellos» porque la concejala Marta Higueras «va por libre» y su portavoz, José Manuel Calvo, cree que esto es un «despropósito».
«Es Vox quien tiene capacidad de confluencia», ha subrayado el primer edil dado que esta formación política también apuesta por la bajada de impuestos. Por eso ha pedido a Ortega Smith «un ejercicio de responsabilidad» y que no haya líneas rojas, al menos para sentarse a hablar.
También ha lanzado un mensaje a aquellos que no apoyen las cuentas. «Que sepan que esos 120 millones (de ahorro por la bajada en el IBI) no irán a los bolsillos de los madrileños y que se pone en riesgo el gasto social cuando más importante es. Hay obras e infraestructuras, como las destinadas a Policía o Bomberos, que correrían peligro. Equipamientos, también», ha advertido.
«No descarto la prórroga porque la posición de los grupos no invita al optimismo. No será fácil, no es bueno para Madrid ni para los bolsillos de los madrileños», ha subrayado el regidor, que ha vuelto a poner el foco en Vox instándole a que abandone unas líneas rojas «confusas» cuando pide que «los comerciantes sin etiqueta ambiental entren en Madrid» dado que «los vehículos logísticos de distribución de mercancías pueden entrar».
Almeida ha terminado advirtiendo que «el coste para los madrileños porque Javier Ortega Smith no pueda circular con su vehíclo por Gran Vía es de 120 millones, un trayecto caro para la ciudad de Madrid».
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