La ayuda psicológica, el ocio saludable y la orientación formativa y laboral son algunas de las opciones que tienen los jóvenes madrileños para mejorar su salud mental, especialmente después de la pandemia de Covid-19 que ha aumentado el número de chicos que han sufrido episodios de ansiedad o depresión.
Estas son algunas de las opciones que ofrece la Fundación ASAM-Servicio Salud Mental, con el impulso de la Fundación 'la Caixa', a través del proyecto Primer Paso. Se trata de un programa de atención dirigido a jóvenes y adolescentes con trastorno mental diagnosticado o con problemas mentales sin diagnosticar.
Así lo ha explicado, en declaraciones a Europa Press, la coordinadora del programa infanto-juvenil de la Fundación, Yasmina García, quien ha detallado que, en su centro ubicado en Aluche, ayudan a cualquier joven de entre 15 y 30 años que atraviesa alguna situación de dificultad relacionada con su salud mental.
Tal y como ha detallado, el programa ofrece una «atención integral» para jóvenes y se sustenta en el ocio saludable durante los fines de semana, con salidas de ocio y culturales que combinan con la orientación laboral, la arteterapia y un grupo de ayuda mutua, además de la atención personalizada con una psicológica.
«Nosotros cuando llega un chico lo primero que le hacemos es una entrevista para evaluar las necesidades y el tipo de intervención que luego podemos hacer», ha explicado García.
Asimismo, ha afirmado que hay chicos que en ese momento necesitan pertenecer a un grupo porque se encuentran en situación de soledad no deseada y no cuentan con un grupo de confianza.
Más trabajo en prevención y atención primaria
En total, el programa lo componen en estos momentos 25 personas con diferentes dificultades. Sin embargo, la responsable del programa ha subrayado que se dieron cuenta de que «falta mucho por hacer en prevención y en atención primaria», por ello, no cerraron el grupo y se incluyó a personas que no tenían un diagnóstico en salud mental.
Sobre los casos que tratan en la Fundación ASAM, ha asegurado que actualmente suponen un problema los estados de ansiedad y depresivos tras la pandemia.
Además, considera que hay un problema en el abordaje, ya que los recursos son «muy limitados» y si una persona tiene ansiedad y se le dificulta el día a día, necesita una terapia semanal «no trimestral, que es insuficiente».
«Yo creo que hace falta más personal sanitario para que las listas de espera del psicólogo y psiquiatra no sean tan largas», ha subrayado García, quien ha señalado también que es importante que la familia «reme» en la misma dirección.
Hablar de la enfermedad y compartir el tiempo libre
Ángel Faya es uno de los usuarios del centro de la Fundación ASAM en Aluche y un «ejemplo de superación» tras conseguir una estabilidad con su trastorno esquizoafectivo. Tal y como ha desgranado a Europa Press, comenzó con la Fundación por recomendación de su psicológico, junto con el tratamiento y la terapia a la que él asistía.
«Estaba en un entorno en el que si yo hablaba un poco de mi enfermedad, de cómo me siento, lo iban a entender mejor que otras personas», ha afirmado, a lo que ha añadido que se empezó a sentir más cómodo cada vez y a hacer amistades.
Se trata de una enfermedad que le puede provocar tanto depresiones como un estado maníaco y de una felicidad desbordante. «No me deja tener control sobre mis actos enteramente», ha aseverado, aunque gracias a la socialización con el resto de compañeros ha ido mejorando poco a poco.
«Lo que más agradezco es que me haya podido hacer que me encuentre estable, no tengo una crisis desde hace más de dos años y en la Fundación llevo menos de tres. Ha sido un cambio muy grande», ha defendido Faya.
La coordinadora del programa ha recordado que en la Fundación entienden el ocio como una «intervención terapéutica», porque si los jóvenes no saben cómo ocupar su tiempo y no tienen con quién socializar el tratamiento «está incompleto».
Estigma sobre la salud mental
Por otro lado, ambos se han referido al estigma que existe en torno a las enfermedades de salud mental y también han hablado del «autoestigma», en relación a las personas que tienen alguna enfermedad y no quieren hablar de ella por miedo al rechazo.
«¿Por qué tiene que considerarse algo físico como algo normal y algo mental como no?», se ha preguntado el joven, quien ha asegurado que existe un desconocimiento generalizado en la sociedad sobre las enfermedades de salud mental.
Por su parte, García ha aseverado que existen los estigmas por la falta de conocimiento y por la imagen que se proyecta de los trastornos mentales en las películas, que está «muy alejada de la realidad», aunque también ha incidido en el «autoestigma».
«Nosotros tratamos de eliminar barreras poco a poco. Lo que está haciendo Ángel ahora es muy importante, la entidad nunca había conseguido que nadie hablase de su historia», ha celebrado la coordinadora.
El joven, pese a seguir con su tratamiento, ha logrado una «estabilidad suficiente», según ha detallado él mismo.
El objetivo de la Fundación ASAM era, en primera instancia, conseguir un apoyo psicológico «de calidad y más accesible». Aunque este programa está limitado a los jóvenes, desde la entidad han trasladado que pueden ofrecer ayuda a «cualquier otra persona que necesite apoyo».
Lo hacen gracias a la subvención obtenida desde la Fundación 'la Caixa', que financia iniciativas innovadoras de inclusión social.
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