El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. | Juan Barbosa - Europa Press

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El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha lamentado este jueves ser «víctima de un episodio de la cultura de la cancelación a la que la izquierda se ha hecho aficionada» tras sus palabras sobre la calle dedicada al general Millán Astray en la capital, algo que ve «ridículo» investigar.

«Estoy siendo víctima de un episodio más de esa cultura de la cancelación a la que la izquierda se ha hecho aficionada y en la que se pretende estigmatizar y señalar a todo aquel que no piense como ellos. Se llega al extremo ridículo y grotesco de abrir una investigación a un alcalde que menciona una calle en Madrid cuya legalidad ha sido avalada por el TSJM», ha expresado ante los medios de comunicación.

Tras descubrir este pasado martes la placa, ubicada en el pedestal de la estatua que homenajea a la Legión, el regidor aseveró que «en Madrid no hay acuartelamientos de la Legión, pero se le rinde tributo a lo largo y ancho de la ciudad; en Carabanchel, con la calle Millán Astray, al legionario Queija de la Vega, y la que recuerda su gesta y heroicidad».

«Me limité a decir que hay una calle en Madrid que lleva el nombre del general Millán Astray, avalada por el TSJ su legalidad, y me parece que es una prueba más de que este Gobierno no está a resolver los problemas reales de los españoles, sino a hacer tonterías y a gastar inútilmente el dinero de todos nosotros», ha trasladado ante los periodistas a las puertas de Cibeles.

Para el primer edil madrileño, «lo más preocupante de todo este debate por la alusión a un calle avalada por la legalidad y en un monumento en homenaje a la Legión, es la cultura de la cancelación que pretende establecer la izquierda, porque pretende que no se pueda ni mencionar una calle de Madrid avalada por la Justicia, y que se puedan emitir sellos de correos con el Partido Comunista, que se pueda negociar con Otegi, un terrorista convicto, confeso, condenado... que se pueda reivindicar a Companys, condenado por golpe de Estado en 1934, o a Largo Caballero».

En este punto, ha lamentado que esta actitud es «preocupante para la libertad de expresión y una amenaza». Además, ha explicado que su «prioridad» como regidor de la ciudad «no es cambiar el nombre de las calles».

Por último, ha calificado de «indigna, injusta y sectaria» la Ley de Memoria Democrática «pactada con Bildu» que «solo busca la confrontación entre españoles».