Archivo - Ciudad de la Justicia de València | Rober Solsona - Europa Press - Archivo

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La sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a un hombre a la pena de seis meses de prisión por insultar al dueño de un bar de València con el que tuvo un desencuentro por un euro: «Negro de mierda, monos», le dijo.

Así se desprende de la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, en la que el tribunal condena al hombre como autor de un delito de odio y de otro de leve de amenazas. Le absuelve del delito de desobediencia y/o resistencia a agentes de la autoridad.

Junto a la pena de cárcel, el hombre tendrá que pagar una multa de 1.080 euros y tendrá inhabilitación especial para profesión u oficios educativos, en el ámbito docente, deportivo y de tiempo libre por tiempo de tres años y medio.

Tal y como se desprende de la sentencia, los hechos se remontan al 16 de enero de 2022, cuando el condenado acudió a un bar de València a comprar una cajetilla de tabaco en la máquina expendedora.

El hombre entendió que la máquina, por error, no le había devuelto el cambio correctamente y le faltaba un euro, por lo que se lo reclamó al propietario del local, quien le manifestó que debía pedirlo a la empresa de la máquina.

En ese momento se inició una discusión en la que el condenado le manifestó expresiones como «negro de mierda, te voy a matar» y hasta el lugar acudió la Policía.

En presencia de los agentes, el condenado seguía con su actitud y reprodujo frases como «negro de mierda, os vamos a tirar del barrio, nos están estafando, monos», y recriminó a los policías que le trataran a él así siendo español.

Los agentes le pidieron en ese momento que saliera del bar y que se fuera a casa y, una vez fuera, cuando uno de los policías le entregó un euro que estaba en el suelo, el condenado lo lanzó y se fue del lugar.

Seguidamente, el condenado regresó hasta el bar y el dueño volvió a requerir la presencia policial al sentirse intimidado. El condenado llevaba en ese momento un palo y le hacía gestos de cortarle el cuello.

Al llegar los agentes, observaron al condenado y en un momento de descuido, se abalanzaron contra él y lo redujeron. Una vez detenido se percataron de que el palo no era metálico sino de gomaespuma. La víctima denunció los hechos.

Durante el juicio, el condenado manifestó que no profirió expresiones racistas frente a la víctima, aunque reconoció que lo identificó al no saber cómo se llamaba ante los agentes de Policía como «el negro». También negó insultos o amenazas.

"estéril reclamación primigenia"

El tribunal, tras estudiar el caso, considera probado que el condenado, ante lo que entendió como un desaire de la víctima «ante su estéril reclamación primigenia del euro que no le había devuelto la máquina expendedora de tabaco», le insultó con expresiones racistas, y ello en base a las declaraciones del dueño del bar y de los agentes que intervinieron en el suceso.

«Ningún motivo concurre para dudar en este punto de la versión tanto de la víctima como de los agentes, quienes aún no se habían visto implicados, sino que actuaban como mediadores», apostilla la Audiencia al respecto.