Las cofradías y hermandades de la Semana Santa de Zaragoza desarrollan una labor social a lo largo de todo el año que en 2021 ha supuesto una aportación económica de 128.268,30 euros a proyectos y acciones sociales y otros 87.769 euros en especie.
Así lo han explicado el presidente de la Junta Coordinadora de Cofradías de Zaragoza, Ignacio García, el vicepresidente y vocal de Obra Social y Formación, Alfonso Latorre, y la hermana mayor de la Cofradía de la Humildad y vocal de la comisión de Cultura, Valle Laya, en la presentación de la memoria anual de obra social de estas organizaciones.
El presidente de la Junta ha subrayado que se aporta la información global de todas las organizaciones que la integran para mantener el anonimato de acción, si bien también se pretende divulgar a la ciudadanía, a la ciudad de Zaragoza y a los propios miembros de las cofradías «que no nos limitamos a ensayos y procesiones, sino que realizamos una labor social callada y cada vez más eficiente, que alcanza año tras año objetivos mayores».
De esta forma, ha comentado, la Semana Santa «esté presente en la ciudad todo el año» y ha agradecido la labor de todos los voluntarios, cofradías y personas que participan en estas actividades, a quienes ha animado a continuar y crecer.
Ha añadido que la pandemia ha afectado a esta labor, si bien «estamos volviendo a la senda de crecimiento tanto en voluntariado, como en recursos que se han aportado».
Desglose de datos
El vicepresidente de la Junta Coordinadora de Cofradías de Zaragoza y vocal de Obra Social y Formación, Alfonso Latorre, ha detallado que en 2021 ha habido 851 voluntarios, se han recolectado 18.657 kilos de alimentos y 6.776 productos sanitarios.
Además, ha cuantificado dinerariamente otras aportaciones en especie que suman estos 87.0769 euros, que se desglosan en 66.697,18 euros en alimentos, 16.875,68 en becas y 4.197 en productos sanitarios.
También ha aclarado que en estas cantidades no se han cuantificado las horas que cada voluntario dedica, ni su contribución a través de la aportación del propio vehículo, como tampoco el gasto en meriendas que se dan coincidiendo con clases de repaso o de español para extranjeros, o la comida que se facilita después de las donaciones de sangre que dos veces al año hacen la mayoría de las cofradías. Son aspectos «imposibles de calcular o valorar».
Por otra parte, ha comentado que se actúa en colaboración con otras instituciones, organizaciones sociales y fundaciones a través de la recogida de alimentos, pañales, material escolar, ropa o la celebración de carreras solidarias, conciertos, espectáculos y otras acciones.
No son indiferentes
Latorre ha incidido en que en estos momentos sociales de crisis, «los cofrades no pueden estar quietos, ni indiferentes, aunque la sufra en sus propias carnes» y cada uno colabora en la medida de sus posibilidades.
Ha expuesto que la pandemia ha cambiado algunos aspectos de la vida diaria y han descendido colaboraciones presenciales, como las visitas a enfermos, que se han convertido en llamadas telefónicas.
No obstante, ha constatado que se está volviendo a la normalidad «poco a poco», con ámbitos que se recuperan y otros que no van tan rápida, si bien de manera general ha considerado que se ha vuelto a la situación previa a la pandemia.
En este punto, el presidente de la Junta Coordinadora de Cofradías de Zaragoza ha comentado que han detectado que ha cambiado la forma de colaborar y, por ejemplo, si bien se mantiene recogidas de alimentos, también se están habilitando otros canales, como aportaciones a través de Bizum, una actividad que a partir de ahora deberán tratar de reflejar en su memoria, ha apostillado.
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