El proyecto de presupuestos seguirá así su tramitación en la Cámara autonómica, que a partir de ahora, y como paso previo a la votación definitiva de las cuentas, iniciará la fase de debate sobre las enmiendas parciales presentadas por los grupos.
En este sentido, el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, ha anunciado en el pleno que el Gobierno Vasco va a aceptar algunas enmiendas a todos los grupos de la oposición, por valor aproximado de 30 millones de euros.
El debate final y la previsible aprobación de las Cuentas vascas para 2023 tendrá lugar en el pleno del próximo 23 de diciembre, gracias a la mayoría con la que cuentan PNV y PSE --partidos que sustentan al Gobierno Vasco-- en la Cámara vasca.
La sesión ha comenzado con la intervención del consejero que ha recordado que el proyecto de presupuestos asciende a 14.250,7 millones de euros, lo que supone un incremento del 8,7% con respecto al aprobado en 2022, con un aumento de 1.142 millones de euros.
«Los mimbres de este presupuesto son muy sólidos y su solvencia garantiza que Euskadi va a ser capaz de mantener y mejorar el nivel de sus servicios públicos, impulsar la actividad económica y generar empleo», ha asegurado.
Asimismo, ha destacado que el proyecto de presupuestos destina un 76% del total (10.254,6 millones de euros) a políticas sociales, siendo Salud y Educación los departamentos que mayor incremento presupuestario presentan.
Azpiazu se ha mostrado «decepcionado» con el proceso de negociación de los presupuestos con los grupos de la oposición, ya que cree «desde el principio, ningún grupo parlamentario ha tenido voluntad real de acordar».
«Insistir en fiscalidad, anclarse en reformas estructurales o plantear incrementos con importes cercanos a los 500 millones de euros, así lo constatan», ha criticado.
En el turno de intervenciones de los grupos que han presentado enmiendas de totalidad, la parlamentaria de EH Bildu Nerea Kortajarena ha explicado que la coalición ha optado por reclamar la devolución de las cuentas porque «habiendo margen, este gobierno no ha estado a la altura, y no ha querido aprovechar los condicionantes favorables que se daban este año para mejorar la vida de la ciudadanía y afrontar el futuro con garantías».
La portavoz de Elkarrekin Podemos-IU, Miren Gorrotxategi, ha explicado que la enmienda a la totalidad que han presentado «no es simplemente una enmienda a un presupuesto», ni «responde a la contingencia preelectoral» es una enmienda a «un modelo político y social, a un proyecto de país» que no comparten porque «no protege y no refuerza sus servicios públicos».
Por su parte, el presidente del grupo PP+Cs, Carlos Iturgaiz, ha criticado la «poca receptividad» del Gobierno en la negociación presupuestaria y ha denunciado su «notable cerrazón a bajar impuestos». Además, cree que estos son unos presupuestos «poco realistas» y ha defendido la necesidad de «aportar estabilidad y certidumbre a la sociedad» en momentos de crisis, «todo lo contrario de lo que están haciendo estos días en Osakidetza, por ejemplo».
La parlamentaria de Vox, Amaia Martínez, ha defendido su enmienda de totalidad como medida de respuesta ante unos presupuestos «ideológicos» y caracterizados por las «obsesiones» de los grupos que integran el Gobierno Vasco.
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