Una investigación liderada por el grupo Parásitos y Salud de la Universitat de València (UV) ha hallado por primera vez en Europa continental el nematodo (gusano) Angiostrongylus cantonensis, un parásito zoonótico capaz de ser transmitido al ser humano que está presente en las arterias pulmonares de las ratas y que es el agente causal más común en el ser humano de la meningitis eosinofílica (ME).
En concreto, el parásito se ha localizado en dos especies de ratas de la ciudad de València. Esta enfermedad provoca una inflamación de la membrana que cubre el cerebro y puede causar ataques, lesiones cerebrales y trastornos visuales, entre otros síntomas.
El trabajo, dirigido por la catedrática María Teresa Galán Puchades con la participación del Laboratorio de Parasitología Bioquímica y Molecular del Instituto de Biotecnología de la Universitat de Granada, está publicado en la revista 'Emerging Infectious Diseases'.
«Hasta la fecha, el nematodo había sido detectado solo a nivel insular en Europa; en ratas de Tenerife y en erizos de Mallorca. Tanto la globalización como el cambio climático están favoreciendo la expansión de este parásito zoonótico de origen asiático», destaca Galán Puchades en un comunicado de la UV.
El hallazgo del gusano se da tanto en núcleos urbanos como periurbanos (zona de huerta). Es la primera vez que se estudian los parásitos zoonóticos en las ratas de València.
El grupo de investigación Parásitos y Salud, del departamento de Farmacia de la UV, trabaja en colaboración con el servicio de Sanidad del Ayuntamiento de València y la empresa Laboratorios Lokímica --responsable del control de plagas-- en un estudio parasitológico de los roedores en la ciudad. El descubrimiento del nematodo, de importante repercusión en salud pública, se ha dado tanto en ratas de alcantarilla (Rattus norvegicus) como en la rata negra (Rattus rattus).
Transmisión por caracoles o verduras crudas contaminadas
La transmisión zoonótica de Angiostrongylus cantonensis a los humanos es alimentaria por la ingestión, tanto de caracoles parasitados crudos o poco cocinados como por verduras que se consumen crudas en ensaladas (lechuga, col o rábanos) contaminadas con la baba del caracol con la larva infectiva.
Hasta ahora, los casos humanos de ME detectados en Europa son importados de países endémicos. Con este hallazgo, además de tomar las medidas profilácticas idóneas para evitar la infección, A. cantonensis debe incluirse en el diagnóstico diferencial en pacientes con síntomas clínicos compatibles con la infección parasitaria, como cefalea intensa, tortícolis, náuseas, vómitos, parestesia y/o encefalitis eosinofílica, con o sin historial de viajes a otros países endémicos.
Los resultados de esta investigación se han remitido a la Conselleria de Sanidad, mientras el Ayuntamiento y la UV han establecido un convenio de colaboración para estudiar los parásitos de ratas con potencial de transmisión zoonótica y la posibilidad futura de determinar resistencias a los raticidas utilizados en los dos tipos de ratas en que se ha hallado el nematodo.
Por parte de la Universitat de València, en esta investigación han participado Mª Teresa Galán, Sandra Sáez, Rubén Bueno y Màrius V. Fuentes.
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