El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha anunciado que este jueves enviará a Moncloa un listado de temas a tratar en la cumbre hispanofrancesa del 19 de enero en Barcelona, con peticiones sobre el Corredor Mediterráneo, conexiones energéticas, lengua y pasos fronterizos cerrados --por ejemplo, entre Espolla (Girona) y Banyuls-sur-Mer--.
En una entrevista de Catalunya Ràdio recogida por Europa Press, ha defendido acudir a la cumbre como presidente de la Generalitat: «Lo que tenemos que hacer es aprovecharlo para defender los intereses de Catalunya. Si queremos ser un Estado, tendremos que actuar como un Estado. Los Estados defienden sus intereses».
Ha subrayado que en España y Francia «son los dos Estados donde viven la mayoría de catalanohablantes» y ha defendido cuidar las relaciones con autoridades francesas, con quienes asegura que el Govern mantiene una buena cooperación.
Sobre la adhesión de ERC a la movilización independentista contra la cumbre, ha defendido que el partido participa para reivindicar el movimiento independentista, después de que miembros del Gobierno hayan afirmado que el 'procés' ha terminado, y ha negado que suponga una contradicción con su decisión de asistir: «La contradicción la tiene el Gobierno español».
Así, ha sostenido que el Gobierno se ha equivocado al «intentar mezclar» una reunión de trabajo entre gobiernos para la firma de un Tratado con el conflicto político en Catalunya, puesto que eso ha desencadenado que el independentismo apostara por manifestarse.
«Quizás ahora lo dicen más porque les conviene, porque el proceso de negociación ha comportado para el Gobierno avanzar en una línea que le critican desde la derecha españolista», ha subrayado.
Ha sostenido que «una cosa es el relato de parte del PSOE, y el Gobierno español, y la otra la realidad, que es una reunión entre dos gobiernos», y ha detallado que aún están abordando con el Ejecutivo central el papel de la Generalitat en la cumbre.
Cree que junts también iría
Después de que Junts asegurara que la invitación a la cumbre es una «invitación envenenada», el presidente ha sostenido que, si Junts tuviera la Presidencia de la Generalitat, también asistiría.
«La discrepancia con el Gobierno no debe condicionar las relaciones de Catalunya con terceros Estados. Si no, lo tienen muy fácil para irnos creando enemigos por todo el mundo. Nos los traerán aquí para que le hagamos un feo, y esto no lo haremos», ha añadido.
ACUERDO DE CLARIDAD
Aragonès ha reivindicado su apuesta por un acuerdo de claridad para «adquirir una posición de fuerza» desde el consenso y defender un referéndum pactado ante el Estado, que cree que puede llegar a celebrarse aunque ahora el Gobierno lo rechace.
En ese sentido, ha afirmado que en ocasiones anteriores el Gobierno se mostró contrario a medidas que finalmente se han acordado en la mesa de diálogo con la Generalitat --como la derogación de la sedición-- y se ha mostrado convencido de que «en la cuestión del referéndum pasará lo mismo».
LIDERARÁ LOS DEBATES
El presidente ha explicado que liderará él mismo las conversaciones para impulsar un acuerdo de claridad, «acelerando» en el primer trimestre de 2023 los debates a escala académica, social, política e internacional para configurar una 'vía catalana' que no importe directamente el modelo escocés o canadiense.
Además, ha defendido que los partidos políticos «con predisposición al diálogo» --entre los que ha contado al PSC--, puedan acordar una propuesta sobre el referéndum en una mesa, en sus palabras, y se ha mostrado dispuesto a escuchar las propuestas alternativas de otras formaciones.
«Lo que planteamos es que primero lleguemos a un acuerdo y luego lo llevemos a la votación del Parlament», ha dicho Aragonès, que ha asegurado que el resultado del referéndum del 1-O no pudo ser implementado por falta de reconocimiento internacional --algo que cree que sí se lograría con un referéndum pactado--.
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