El pleno del Ayuntamiento de Zaragoza, reunido este lunes, en sesión extraordinaria, ha rechazado retirar el proyecto de Presupuesto de la ciudad para 2023 y elaborar, a la mayor brevedad posible, uno nuevo «ajustado a las realidades contables y presupuestarias» del Consistorio.
Así lo pedía una moción presentada por el PSOE, que solo ha sido votada a favor por los diez concejales socialistas, mientras que PP, Ciudadanos (Cs) y VOX han sumado 16 votos en contra y Zaragoza en Común (ZeC) y Podemos cinco abstenciones.
La propuesta ha sido defendida por la portavoz del PSOE, Lola Ranera, tras las comparecencias, ante el pleno, del coordinador del Área de Presidencia, Hacienda e Interior, Ramón Ferrer, y del coordinador del Área de Urbanismo, Miguel Ángel Abadía.
Este último ha informado de las valoraciones que avalan los ingresos por venta de suelo imputados al proyecto de Presupuestos de la ciudad de 2023, entre ellos, 15 millones como previsión de la enajenación de suelo por el proyecto de construcción de la nueva Romareda.
Ferrer ha dado cuenta de los informes legales que permiten avalar la enmienda sobre los ingresos de PP-Cs, que traspasa 24,5 millones del capítulo 3 al 9, ante el desequilibrio generado en el proyecto de Presupuestos de 2023, que contemplaba un ingreso por esa cantidad, fruto del cobro de la deuda del tranvía, si bien el Gobierno de Aragón lo abonó el 14 de diciembre de 2022, cuando el Gobierno de la ciudad ya había aprobado el proyecto de presupuesto, el pasado 30 de noviembre.
La portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Zaragoza, Lola Ranera, ha explicado que no es un problema de legalidad, entonces «habría que ir a otro lugar», sino de oportunidad política, «porque partimos de un presupuesto que tiene unos ingresos irreales», con «un agujero de 40 millones de euros», 25 de la deuda de tranvía, que se incorpora como partida al 2023, cuando el Gobierno de Aragón dijo que se iba a pagar en 2022, como así lo ha hecho.
Por eso, el equipo de gobierno ha tenido que hacer una autoenmienda de ingresos, ha hecho el «ridículo» y ha actuado de manera «irresponsable», «partidista y electoralista», con un presupuesto «que es un engaño, una falacia» ya que recoge unas inversiones «que no se van a producir o se van a tener que endeudar».
Derrota manifiesta
La portavoz de PP y consejera municipal de Hacienda, María Navarro, ha sostenido que la «oportunidad política» que ha esgrimido el PSOE ha acabado resultando una «derrota manifiesta». «Se va a quedar sola» en la votación, le ha indicado a Ranera, a quien le ha advertido de que o el PSOE cambia o «lo pagarán porque los ciudadanos son mucho más inteligentes que lo que cree» y prefieren «seguir adelante» y «tener un presupuesto» --el que menos reclamaciones ciudadanas ha tenido, ha recordado--.
La representante de Cs y consejera municipal de Economía, Carmen Herrarte, ha expuesto que su modelo es «bajar la deuda y los impuestos y aumentar la inversión, con fondos propios o ajenos», mientras que el del PSOE «subir deuda, impuestos y destrozar las inversiones, ahuyentarlas».
El concejal de ZeC, Alberto Cubero, ha calificado la situación como «baile de fechas» y «sainete» y ha argumentado su abstención al comentar que al gobierno de la ciudad «le da igual tener o no» presupuestos «porque lo que va a hacer es lo mismo, absolutamente nada». Ha defendido la legitimidad del PSOE de pedir un pleno extraordinario.
El portavoz de Podemos, Fernando Rivarés, ha considerado «absurdo» y una «tomadura de pelo» este pleno, cuando el viernes pasado se aprobaron de manera inicial los presupuestos en comisión. «Es una pérdida de tiempo y del dinero de los zaragozanos», cuyo contenido es «importante», pero no se ha abordado cuando se debía por la «poca querencia democrática para debatir» del equipo de gobierno. Tras anunciar su abstención, ha reflexionado: «No sé que es peor si llegar a abril sin presupuestos o a mayo con éste», que es «irreal» y cuenta con una autoenmienda «para tapar la chapuza del equipo de gobierno».
El portavoz de VOX, Julio Calvo, ha opinado que es el PSOE quien «trata de obtener rédito de las maniobras que ha estado tejiendo, recibiendo órdenes» del consejero de Hacienda del Gobierno de Aragón, Carlos Pérez Anadón, para retrasar el presupuesto «varios meses». Ha esgrimido que sin un reconocimiento de obligación de la deuda del tranvía comunicado de manera oficial por el Gobierno de Aragón «difícilmente se podía haber pensado que ese pago se iba a producir en 2022».
Pago de los intereses
En el transcurso de la sesión, el alcalde, Jorge Azcón, del PP, ha manifestado que el Gobierno de Aragón pretendía que el Ayuntamiento de Zaragoza le diera las gracias «porque cumplen las sentencias judiciales, cuando aún no nos ha pagado los intereses» de la deuda del tranvía y le ha reclamado a Ranera que dijera «cuándo tiene previsto» hacerlo.
«Volveremos a mandar las cartas de lealtad institucional que sean necesarias» y, si no, «pediremos la ejecución de la sentencia y será el juez el que les obligue a pagarlos», ha expuesto Azcón. Ha apuntado que los intereses ascienden a 1,4 millones de euros y al Ejecutivo autonómico «parece que se le han olvidado», pero «no vamos dejar de reclamar ni uno solo de los euros que le corresponde al Ayuntamiento».
En otro momento, Azcón ha pedido «transparencia» al PSOE para saber si habían hablado con el propietario de los suelos del convento de Jerusalén, próximo al campo de fútbol de la Romareda. «Creo que han tenido esas conversaciones» y «todo esto tiene que ver con la incapacidad del PSOE» para explicar su postura ante una operación «donde unos inversores privados quieren destinar 150 millones» al nuevo estadio «sin que le cueste un euro a la ciudad».
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