Archivo - Coche de Policía Nacional. | Europa Press - EUROPA PRESS - Archivo

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Los dos detenidos como presuntos autores de varios delitos de hurto de móviles en el interior del tranvía de Zaragoza, de 25 y 32 años de edad, han quedado en libertad con cargos tras pasar este sábado a disposición del Juzgado de Instrucción en funciones de guardia.

Agentes de la Jefatura Superior de Policía de Aragón arrestaron a los dos varones el pasado 22 de febrero, en las inmediaciones de la avenida José Atarés de la capital aragonesa, donde los policías sorprendieron a los investigados abriendo el maletero de un coche y apoderándose de un patinete eléctrico.

La investigación de estas dos personas, que suman más de veinticinco antecedentes policiales por hurtos, robos con fuerza y robos con violencia, se inició tras registrar varias denuncias por hurto al descuido de móviles y carteras en el interior del tranvía de capital aragonesa.

Así, las primeras informaciones, según han indicado desde la Jefatura Superior de Policía de Aragón en una nota de prensa, apuntaban a un grupo de hombres pertenecientes a una organización estructurada, donde cada uno de ellos tenía una especialidad muy determinada y concreta, «con un reparto de papeles muy claro y conciso».

'modus operandi'

Los autores no seleccionaban previamente a la víctima, sino que podía ser cualquier persona que detectaran que llevaba el móvil o la cartera en un lugar visible o de fácil acceso para ellos. Por lo general, solían delinquir en espacios con una alta ocupación de personas, en este caso en concreto en el interior del tranvía y de autobuses, han alertado desde Policía Nacional.

Uno de ellos conseguía acercarse a la víctima, mientras el segundo integrante realizaba labores de vigilancia, aprovechando la aglomeración de gente o el momento más oportuno para darles un pequeño empujón y quitarles el teléfono móvil al descuido.

Cuando ya tenían en su poder el botín, salían apresuradamente del medio de transporte o, en ocasiones, ni tan siquiera llegaban a subir, apoderándose de las pertenencias en la propia parada del bus o tranvía. No dudaban en utilizar la violencia, empleando cierta agresividad para intentar zafarse en caso de ser sorprendidos por la víctima, huyendo a la carrera.