En concreto, la secretaria se Servicios Sociales y Sector Público de UGT, Laura Muñoz, ha defendido que el modelo de teleasistencia avanzada es «una buena idea», pero ha advertido de que junto con la inversión tecnológica que se sufragará con fondos europeos Next Generation, es preciso también «más financiación» para los «servicios complementarios» que deben acompañar esta puesta en marcha.
En declaraciones a Europa Press, Muñoz ha subrayado que «de nada sirve» que el sistema detecte «que un anciano ha llorado tres veces ese día, que se ha caído o que no come bien» si luego «no hay psicólogos, fisioterapeutas o nutricionistas para atenderlo», algo que requiere, ha recordado, de financiación adicional por parte de la Administración regional.
Asimismo, ha reclamado más centros de días a los que estas personas puedan acudir sin dejar de vivir en sus casas ni tener que mudarse a una residencia, sobre lo que ha lamentado que este tipo de instalaciones son «muy escasas» en la región.
En cualquier caso, la representante de UGT ha pedido no sólo más centros de este tipo, sino que sean «de gestión pública» y no mediante la externalización a empresas privadas. En este sentido, ha abogado por que el nuevo sistema de teleasistencia avanzada se administre desde lo público y no a través de concesiones, ya que «estas empresas no siempre cumplen con los trabajadores».
Laura Muñoz también ha pedido que se invierta en formación para los profesionales que van a atender este nuevo servicio, así como a los propios beneficiarios, a fin de que resulte eficaz su aplicación, ha subrayado, después de advertir de los riesgos de que toda la tecnología que se requiere instalar en los domicilios pueda «generar rechazo» en los usuarios.
La secretaria de Servicios Sociales y Sector Público de UGT Madrid ha recordado que su sindicato ya solicitó en 2021 la adquisición de estos dispositivos a la Administración regional sin que esta petición fuera escuchada.
Anuncio "electoralista"
En este sentido, ha criticado que el anuncio llegue en vísperas de unas elecciones autonómicas y ha asegurado que el sindicato estará «vigilante» para que se cumpla tras los comicios, ya que «muchas veces esas promesas se las lleva el viento».
También el secretario de Políticas Sociales de CC.OO. Madrid, Manuel Rodríguez, ha tachado esta adjudicación de «electoralista» por el momento escogido, a menos de tres meses de los comicios.
Rodríguez ha señalado que su sindicato está a favor «de todas las cosas que mejoren la atención» de las personas en situación de dependencia, pero ha recordado que la inversión para poner en marcha esta medida procede de fondos europeos «y no de la Comunidad de Madrid».
«Precisamente lo que reclamamos es que ponga más dinero para la asistencia a los mayores», ha recalcado el representante de CCOO, quien ha ejemplificado esta ausencia de recursos en la situación que, a su juicio, se vive en las residencias de la región, «tanto públicas como privadas o concertadas», ha apostillado.
Por ello, Manuel Rodríguez ha concluido con una petición para el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso ara que «se preocupe de verdad de las personas» en lugar de poner en marcha iniciativas de «poca eficacia» y pensadas, considera, para «llamar la atención».
Más de 13 millones de inversión
La inversión aprobada por la Comunidad de Madrid asciende a un total de 13.149.522 euros y está previsto que su implantación comience durante el último trimestre de este año, según desgranó el vicepresidente y consejero de Educación y Universidades, Enrique Ossorio, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno del miércoles.
Se trata de la primera de las tres fases proyectadas para adjudicar por un total de más de 39 millones de euros, y que supondrán la adquisición de unos 310.000 aparatos entre terminales digitales fijos y móviles y dispositivos periféricos.
Esta tecnología permitirá adaptar el servicio a las necesidades de los 94.000 usuarios con algún tipo de dependencia que se beneficiarán de este sistema, frente a los 65.000 que disfrutan ahora del tradicional botón rojo.
Esta primera fase, con la que se atenderá a los usuarios de la ciudad de Madrid, permitirá la sustitución del parque analógico de teleasistencia por terminales digitales y sistemas de sensores entre los que habrá detectores de movilidad que posibilitarán controlar la actividad o inactividad de una persona, de caídas, dispensadores de medicación o sensores magnéticos para conocer si se abren o no puertas de la vivienda o de electrodomésticos.
Los beneficiarios de este nuevo modelo en la Comunidad de Madrid dispondrán también de un detector de hábitos domiciliarios que, a través de la medición de valores relativos a la humedad, temperatura, luminosidad o consumo eléctrico configurarán su patrón de vida con sus rutinas diarias (sueño, comidas, salidas y entradas).
Las actividades inusuales o las desviaciones de esas rutinas generarán una alerta en el centro de control, ya que pueden suponer una situación de riesgo. También habrá teléfonos con teclas grandes para facilitar el marcado, dispensadores de medicamentos que avisan al usuario cuando se ha saltado una toma o detectores de humo, fuego y escapes de gas.
El objetivo de la teleasistencia doméstica avanzada «es mejorar la calidad de vida de los mayores, asegurando la intervención cuando tengan una necesidad personal, social o médica; garantizando su seguridad movilizando los recursos que se ajusten a sus necesidades; y, sobre todo, prolongando la permanencia en sus hogares, retrasando el mayor tiempo posible su entrada en residencias o centros de día».
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