A las puertas del local donde se produjo el fatal incendio en el que tanto su hijo como una enfermera vizcaína de 42 años perdieron la vida y otras doce personas resultaron heridas, Julián Robles ha insistido en que la decoración del establecimiento, que recreaba elementos vegetales y que podría haber contribuido como combustible, era «peligrosa».
«Muy bonito, pero peligroso», ha sentenciado tras apuntar a un reconocimiento que esta decoración habría obtenido, para señalar a continuación que este tipo de ornamentación debería ser «ignífuga» en un establecimiento de estas características, más cuando entre los platos que ofrecía estaba la denominada 'Pizza Inferno' que incluía un flambeado.
En este sentido, el padre del camarero fallecido, natural de Benidorm (Alicante) y con una carrera musical que compaginaba con este trabajo, ha asegurado que su hijo ya había advertido de los riesgos de su empleo a través de una canción titulada 'La habitación en llamas'. «Llorareis por mí», rezaba la letra según ha recordado el progenitor, quien ya perdió a otro hijo, ha explicado en antena.
Tras el suceso, desde el equipo directivo de 'Burro Canaglia', cadena a la que pertenecía el local calcinado, trasladaron sus «más sinceras condolencias» a las familias afectadas y expresaron sus deseos de «pronta recuperación» para los heridos.
Por su parte, los técnicos del Ayuntamiento de Madrid mantienen una investigación --al igual que la Policía Científica de Policía Nacional--, aunque desde el Consistorio se ha apuntado que el establecimiento sí contaba con licencia para cocina y, aunque en 1997 hubo un cambio de titularidad del restaurante, dicha licencia se mantenía. Asimismo, este lunes el Juzgado de Instrucción número 46 de Madrid ha abierto diligencias previas de investigación por el incendio.
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