La zona de Las Tenerías, en el distritos del Casco Histórico, contará con un nuevo espacio público que se abrirá a los ciudadanos en dos semanas tras recepcionar la obra. Se trata de una plaza de 1.936 metros cuadrados junto a la escuela infantil del parque Bruil y delimitada por las calles de Vicente López Abadía y de Pascual Albero Burillo.
La urbanización de este espacio libre existente encima de un
estacionamiento subterráneo se incluía entre las obligaciones del adjudicatario de la licitación pública de enajenación del aparcamiento.
El parking, que tienen una capacidad para 175 plazas y una superficie útil de 4.678 metros cuadrados en planta sótano, se construye en 2011 con financiación a cargo del Fondo Estatal de Inversión Local (FIEL). En 2017, la licitación queda desierta, cuando se pedían 1,38 millones de euros, y en 2019 se vuelve a sacar con una rebaja para ajustarlo a precios de mercado, por 1.107.870 euros, pero también queda sin adjudicar.
Finalmente, el actual equipo de Gobierno consigue adjudicarlo en 2020 en un proceso público por el que la concesionaria se comprometía al acondicionamiento del aparcamiento subterráneo por un importe de 914.014 euros, IVA no incluido, y a un presupuesto de ejecución material de la urbanización del espacio público exterior de 214.014 euros, IVA no incluido.
Una vez finalizada la actuación, en el plazo de dos semanas, cuando el Ayuntamiento recepcione la obra, se pondrá en servicio esa plaza exterior que corresponde a la plataforma de techo del local en sótano entre las dos rampas de acceso y limitada perpendicularmente por el andador que llega hasta los casetones de escaleras.
Por el lado opuesto, la plaza llega hasta una breve acera --espacio público-- junto a una edificación residencial protegida por un vallado opaco. La urbanización ha dado lugar a una nueva plaza con dos zonas de juegos infantiles, pérgolas de sombra, farolas, bancos y otro mobiliario.
Juegos infantiles
En concreto, en el centro se han instalado dos zonas de juegos infantiles, ambas valladas, con columpios, juegos de muelles y balancines, que están pavimentadas con suelo continuo de caucho multicolor --blanco, amarillo, azul y rojo-- con un diseño evocando a un cuadro de Piet Mondrian.
Asimismo, se han instalado dos fuentes que se integran en los parterres colocados en los extremos norte y sur, y se ha dotado al espacio de bancos de modelo «sencillo», con patas de fundición dúctil y tableros de asiento y respaldo en madera técnica.
El pavimento de la plaza se resuelve con una solera de hormigón continua y fratasada con medios mecánicos, se ha aclarado el tono gris natural del hormigón con cemento blanco y se han sustituido las antiguas baldosas de terrazo en mal estado por una nueva solera de hormigón fratasada con el mismo acabado que la plaza.
Además, en el centro del espacio se han dispuesto dos pérgolas lineales, aprovechando los ejes de la estructura de la planta inferior, con el fin de proporcionar sombra y de aportar un elemento identificativo a la plaza. Se ha planteado con una altura relevante de cuatro metros y el techo de la pérgola estará constituido en un futuro por una planta trepadora, probablemente buganvillas, que se extenderán a través de un entramado metálico en cubierta.
A esto se han sumado varios maceteros y en los parterres se han colocado un total de 7 árboles: 3 sobre la calle de Pascual Alberto Burillo y 4 sobre la calle de Vicente López Abadía.
La intervención se ha completado con más mobiliario como papeleras, bancos, aparcabicis y bolardos para delimitar la plaza y evitar el acceso de vehículos no autorizados, ha detallado el Ayuntamiento de Zaragoza.
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