Entre las armas destruidas había 318 escopetas, 23 rifles, 41 pistolas, 22 revólveres, 21 carabinas de aire comprimido, 9 armas cortas de aire comprimido, 120 armas blancas y el resto otro tipo de objetos considerados peligrosos para la seguridad ciudadana.
Todas estas armas se encontraban depositadas en las diferentes Intervenciones de Armas y Explosivos ubicadas en Huesca, Monzón, Graus, Jaca y Monzón.
De manera periódica, la Guardia Civil de Huesca, una vez realizados los trámites pertinentes y cumplidos los plazos de depósito establecidos, procede a la destrucción de todas aquellas armas que han sido intervenidas por estar implicadas en ilícitos, penales o administrativos, y aquellas otras que sus titulares han cesado en el derecho a la tenencia y uso, y no les han dado otro destino legal.
Control del acceso legal a las armas
La competencia estatal en materia de armas y explosivos, se materializa por medio de las Intervenciones de Armas y Explosivos de la Guardia Civil.
Estas Unidades, controlan el acceso legal a las armas, para lo cual el Reglamento vigente establece unos requisitos, entre los que se encuentran la carencia de antecedentes penales, así como la superación de pruebas teóricas y prácticas sobre el uso y manejo.
En la provincia de Huesca existen más de 15.000 autorizaciones de diverso tipo para poder tener armas de fuego --armas para caza mayor, caza menor, tipo deportivo, seguridad privada, entre otros--, las cuales amparan más de 27.000 armas de fuego.
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