Acusado (izquierda, segunda fila) del incendio con el resultado de muerte de un niño de tres años | Europa Press

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Un hombre se enfrenta a la prisión permanente revisable por matar a un niño de tres años y herir gravemente a sus dos hermanos, de seis y ocho años, y a su madre, tras incendiar la vivienda de su expareja ubicada en la Malvarrosa de València. El acusado ha negado los hechos y ha asegurado que no prendió fuego a ningún inmueble.

El acusado, Rafael, se ha sentado este lunes ante un jurado popular en la Audiencia de Valencia donde se le juzga por la muerte de un niño tras prender fuego a la casa de su expareja, con la que ya había roto la relación tras más de 20 años juntos.

El ministerio fiscal reclama para el acusado, quien es la primera vez que quiere declarar por estos hechos, la pena de prisión permanente revisable por un delito de asesinato, tres delitos de lesiones y uno de incendio en casa habitada; además de una indemnización de 200.000 euros para los padres del niño fallecido y de 25.000 euros para cada uno de sus tres hermanos.

Por su parte, la acusación particular, que representa a la familia del niño fallecido, reclama también la prisión permanente revisable; mientras que la defensa solicita la absolución al negar los hechos. «A él le horroriza escuchar el resultado que se produjo ese día. Pero no hizo nada ni conocía a las víctimas», ha dicho su letrado al jurado. También ha asegurado que su representado está enfermo y tiene un coeficiente intelectual muy bajo. Además, ha comentado que en el momento del suceso tomaba medicación por brotes psicóticos y que el incendio pudo provocarlo otra persona por algún ajuste de cuentas.

Los hechos se remontan al 10 de diciembre de 2020, cuando el acusado se desplazó desde Murcia hasta València para buscar a su compañera sentimental, quien había roto la relación recientemente y le había bloqueado el teléfono porque no quería tener con él ningún tipo de comunicación.

Ese día se presentó frente al inmueble de la vivienda de la expareja porque pensaba que querría volver con él: «Siempre se ha ido y pensaba que podía volver conmigo», ha aseverado. Se quedó esperándola en un bar de en frente para ver si la veía mientras tomaba cervezas y algún chupito de alcohol.

Según su versión, por la tarde, al no lograr verla, decidió abandonar el lugar y se trasladó hasta el barrio de Nazaret, donde fumó marihuana y se quedó a dormir en su furgoneta. Al día siguiente, regresó a la calle donde residía su expareja para ver si la veía pero no fue posible. Así, se marchó y regresó a Murcia sin enterarse del incendio, ha manifestado.

Se enteró del fuego posteriormente, porque se lo comentó la madre de su expareja, a la que aseguró que él no había sido pero ella «no se lo creía», ha aseverado. «Yo no prendí fuego a los muebles ni subí a la casa. Yo nunca subía, bajaba ella. No me dí cuenta del fuego», ha repetido.

Ha negado que pidiera a su hija que, si iba la Policía a casa, dijera que ese día no había ido a València; o que manifestara a algún familiar de su expareja que en la furgoneta llevaba un bidón de gasolina y que si su mujer no volvía con él, la liaría parda. «No, nunca», ha insistido.

Frente a su versión, las acusaciones mantienen que el acusado se trasladó hasta la vivienda de su expareja pensando que todavía residía allí, aunque lo cierto es que se había mudado recientemente a la localidad valenciana de Catarroja. Una vez allí, intentó contactar con ella y con la intención de amedrentarla se coló en la finca y subió hasta la vivienda, ubicada en la cuarta planta, y prendió fuego a unos muebles que había en la puerta.

El fuego provocó un incendio de grandes dimensiones en todo el edificio en el que murió el menor por asfixia a consecuencia de la inhalación de humo y sus dos hermanos y la madre resultaron lesionados. Se salvaron gracias a la rápida intervención de los servicios sanitarios.

Los padres del niño

La madre del niño fallecido y víctima también del incendio ha manifestado que ese día regresó a su vivienda tras recoger a tres de sus cuatro hijos del colegio --ya que el mayor residía con su padre, del que estaba separado, en la localidad alicantina de Elche--.

Una vez en la vivienda, empezó a oler a quemado, con lo que cogió a sus hijos e intentó salir de allí. «Abrí la puerta y no pudimos bajar. Me desperté en el hospital. He tenido que sufrir varias operaciones y también dos de mis hijos por quemaduras y tenemos consecuencias. Mi hijo pequeño murió», ha lamentado.

Por su parte, el padre ha explicado por videoconferencia que el día del incendio no estaba en la vivienda puesto que se encontraba en Elche y ha reclamado una indemnización tanto para él como para el resto de sus hijos.