Archivo - José Luis Cantero, catedrático de Fisiología de la Universidad Pablo de Olavide. | UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE - Archivo

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La Universidad pública Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla ha presentado a la Junta de Andalucía una propuesta formal para que las instalaciones científicas del Laboratorio de Neurociencia Funcional y del Servicio Central de Investigación en Neuroimagen, que dirige el catedrático de Fisiología José Luis Cantero, se conviertan en la Plataforma de Investigación en Biomarcadores del Plan Andaluz de Alzheimer.

La propuesta fue recientemente presentada por el rector de la UPO, Francisco Oliva, a Catalina García, consejera de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, en una visita realizada a la UPO para conocer las capacidades de estas instalaciones. Esta iniciativa constituiría un esfuerzo «sin precedentes» en Andalucía para impulsar la investigación en detección temprana y prevención de la enfermedad de Alzheimer que, según datos de la Junta correspondientes a 2022, padecen 21.000 sevillanos y más de 120.000 personas en Andalucía.

El equipamiento científico del Laboratorio incluye un escáner de resonancia magnética de tres Teslas --que permite obtener imágenes del cerebro humano con una alta resolución--, y diversas técnicas avanzadas capaces de detectar cambios moleculares asociados a la enfermedad de Alzheimer en personas mayores asintomáticas a partir de fluidos biológicos de «fácil acceso», como la sangre y la saliva, explica el profesor Cantero a Europa Press.

La investigación desarrollada por el equipo del profesor Cantero ha confirmado la presencia de biomarcadores positivos para la enfermedad de Alzheimer en personas cada vez más jóvenes (50-55 años), lo que «refuerza la necesidad» de establecer programas de prevención y detección temprana de la enfermedad que sean extensibles a la población general. La plataforma de investigación que propone la UPO permitiría «validar nuevos biomarcadores» y evaluar su potencial diagnóstico previamente a su utilización en hospitales.

El abordaje del Alzheimer desde el punto de vista de los biomarcadores permitirá «anticiparnos a los primeros síntomas» de la enfermedad, facilitando la aplicación de terapias farmacológicas y no farmacológicas cuando el daño cerebral no es tan evidente y las pérdidas de memoria no han hecho aún acto de presencia. Es lo que se denomina la «fase preclínica» de la enfermedad de Alzheimer, detalla el profesor Cantero. El equipo de investigación de la UPO ha constatado que un porcentaje elevado de los participantes asintomáticos en sus estudios «ya presenta biomarcadores positivos de Alzheimer».

Existen factores de riesgo «modificables» que podrían utilizarse para prevenir la enfermedad de Alzheimer, entre los que destacan una alimentación inadecuada, la vida sedentaria, la soledad, la mala calidad de sueño, la hipertensión y enfermedades metabólicas, como la diabetes tipo II. Modificar los hábitos de vida que conducen a estos factores de riesgo «contribuiría a disminuir la prevalencia» de la enfermedad de Alzheimer a medio y largo plazo. «Esto supone un cambio de paradigma en la manera de luchar contra la enfermedad de Alzheimer», concluye Cantero.