El sondeo, efectuado en función de las encuestas realizadas a 2.400 personas residentes en Euskadi entre el 28 de junio y el 11 de julio, refleja que la formación jeltzale sería la fuerza más votada en el conjunto de Euskadi, con un 28% de los sufragios, aunque perdería un representante respecto a los obtenidos en los anteriores comicios de 2019, al caer 4,2 puntos en porcentaje de votos.
EH Bildu se situaría en segundo lugar, sumando un diputado más y recibiendo el 24,7% de los votos, lo que supone un crecimiento de casi 6 puntos. El PSE-EE también obtendría un diputado más con un apoyo del 23,1%, frente al 19,3% de 2019.
Por su parte, Sumar obtendría un representante con el 10,6% de los sufragios, lo que supondría perder dos escaños y caer casi 5 puntos en intención de voto en comparación con los resultados obtenidos hace cuatro años por Unidas Podemos. Por último, el PP sumaría un escaño más, hasta los 2, con el 10,3% de los votos, frente al 8,9% de hace cuatro años.
Por territorios
En el caso de Álava, PSE-EE, EH Bildu y PNV repetirían los resultados de 2019, con un representante cada uno, mientras que el PP pasaría de no obtener representación a lograr un escaño, y Sumar perdería el diputado de Unidas Podemos logrado hace cuatro años.
Por su parte, en Bizkaia el PNV caería un escaño, pasando de 3 a 2, y EH Bildu pasaría de 1 a 2. El resto de las formaciones conservaría su actual representación: 2 el PSE-EE y 1 Sumar y PP. Sin embargo, el último escaño del territorio podría estar en disputa entre PNV, PP y Sumar.
En Gipuzkoa, EH Bildu y PNV tendrían 2 diputados cada uno, los mismos que tienen en la actualidad, mientras que el PSE lograría uno más, alcanzado 2, y Sumar no reeditaría el escaño logrado por Unidas Podemos. El último representante del territorio se situaría a una pequeña diferencia de 400 votos entre el PSE-EE y Sumar, y de 2.000 entre el Partido Socialista y EH Bildu.
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