Integrantes de decenas de organizaciones sociales, ambientales, de consumidores y agrarias se reúnen a partir de este jueves en un Campamento de formación y activismo por la Soberanía Alimentaria en Hornachuelos (Córdoba) y se concentrarán a las 18,00 horas del domingo en la ciudad ante los ministros de Agricultura de la Unión Europea (UE) para exigir «un sistema alimentario más justo, sostenible y respetuoso con el mundo rural».
Se trataría de la segunda acción de protesta convocada con motivo de esta cita después del anuncio de otra concentración convocada por Asaja, COAG, UPA y Cooperativas Agroalimentarias el martes día 5, a las 11,00 horas en la Puerta del Puente en Córdoba, debido a «la situación de indefensión que padecen los agricultores y ganaderos ante las políticas que se llevan a cabo desde Bruselas, junto a la desidia y entrega a ciertos 'lobbies' que actúan contra el mundo rural».
Según han informado en una nota los convocantes del acto del día 3, los ministros de la UE celebran una reunión informal bajo el título 'Las nuevas tecnologías para una agricultura más sostenible y resiliente', mientras que las organizaciones convocantes reclaman que «se implementen políticas públicas que avancen hacia un modelo agroalimentario basado en la agroecología y la soberanía alimentaria y que se dejen de lado las falsas soluciones».
Entre este jueves y el domingo 3 tendrá lugar el encuentro de los colectivos en Hornachuelos, en el que hay más de 150 personas de organizaciones llegadas de todo el territorio español. Durante el mismo, el movimiento social alimentario trabajará sobre «cómo afrontar las problemáticas y alternativas» y se definirá una hoja de ruta para continuar impulsando las mencionadas reivindicaciones.
Entre las actividades previstas se cuenta con varias mesas de debate: la del jueves contará con miembros de organizaciones del movimiento alimentario, de organizaciones de productoras y del movimiento climático; la del viernes abordará las luchas territoriales donde diferentes actores --campesinos, consumidores, población rural, movimiento ecologista y climático, científicos, etc.-- se han unido en defensa del territorio, incluyendo una representación del caso francés con las Sublevaciones de la Tierra y la Confederation Paysanne.
Durante este evento, el movimiento alimentario se trasladará el sábado día 2 al Ecomercado de Córdoba a visitar y compartir con las productoras que lideran este espacio agroecológico y con el resto de la ciudad, entre las 10,00 y las 14,00 horas.
El día 3
Y el domingo día 3, el movimiento alimentario ha convocado una concentración en la Plaza del Arco del Puente, frente al Puente Romano, desde las 18,00 a las 20,00 horas, aprovechando que los ministros de Agricultura de la Unión Europea visitarán la Mezquita-Catedral de Córdoba en el marco de la reunión informal de ministros que se desarrolla hasta el martes 5 en la ciudad a propósito de la Presidencia Española de la Unión Europea.
Al respecto, las organizaciones convocantes han expresado la importancia de que «exista un apoyo decidido desde la sociedad y las políticas públicas hacia un modelo agroalimentario basado en la agroecología y la soberanía alimentaria», a lo que han agregado que «la apuesta por las pequeñas y medianas granjas con manejos agroecológicos y que sostienen un mundo rural vivo debe ser la prioridad».
Además, han apuntado que «la industria y la distribución deben garantizar precios justos tanto para quienes producen como para quienes consumen, para lo cual es fundamental el apoyo a los canales cortos de comercialización y las normativas e infraestructuras públicas para la transformación agroalimentaria a pequeña y mediana escala entre productoras y consumidoras».
Ante «la actual emergencia climática y de biodiversidad», las organizaciones han reclamado asimismo «políticas públicas en defensa del territorio frente a macroproyectos, como ciertos megaparques para la producción de energía renovable, los monocultivos a gran escala o la ganadería industrial --que socavan el funcionamiento de los ecosistemas, el suelo, el agua, la biodiversidad y el conjunto de servicios ecosistémicos que éstos generan y afectan negativamente a las condiciones de vida dignas de las poblaciones rurales--».
A su vez, han manifestado «la urgencia de acabar con la precariedad laboral del sistema agroalimentario industrializado, que afecta especialmente a personas migrantes y mujeres y supone una lacra para la dignidad rural».
Según han expuesto, «en el actual contexto de crisis climática y ecológica global, el modelo agroalimentario industrializado y globalizado, basado en la explotación de la naturaleza y las personas, ha demostrado su vulnerabilidad, por ejemplo frente a perturbaciones como la pandemia del Covid-19, la guerra de Ucrania y las sequías prolongadas».
Por ello, las organizaciones reunidas en Córdoba han reivindicado que «las políticas europeas se dirijan hacia la potencialidad de la agroecología, la soberanía alimentaria y el feminismo como las únicas alternativas capaces de alimentar a la población de forma saludable, socialmente justa y ambientalmente respetuosa».
Y han solicitado a los ministros de la UE, presentes en el Consejo Informal de Agricultura, que «pongan todos los medios a su alcance para asegurar que la transición en marcha sea justa con las personas y el planeta, asegurando el futuro del campo y sus gentes».
La movilización del día 5
Por su parte, las organizaciones agrarias que convocan la movilización del día 5 han advertido en otra nota de que el campo español «clamará por tener el mismo trato que reciben terceros países». Consideran fundamental que «se exija a las producciones que vengan de terceros países los mismos requisitos a los que se obliga dentro de la UE, igualdad de condiciones laborales, de uso de productos fitosanitarios y controles rigurosos en las fronteras».
Asimismo, han destacado que, en estos momentos, «existe una situación ruinosa» para todos los sectores productivos del país debido a «los altos costes de los 'inputs' necesarios para producir, la falta de mano de obra, mayores requisitos laborales, la falta de reciprocidad con las importaciones y una Ley de la Cadena Alimentaria que, pese a suponer una carga administrativa insoportable al sector, no soluciona los problemas al no contar con recursos suficientes para garantizar unos precios que cubran los costes de producción».
A ello, hay que añadir que, en Bruselas, «se aprobó una reforma de la Política Agrícola Común (PAC) desenfocada y fuera de la realidad que exige más con menos recursos, que ha incrementado la burocracia de forma brutal, y que exige nuevas obligaciones sin rigor científico que conllevan mayores costes y menores producciones».
Así, los agricultores y ganaderos españoles reclamarán a los ministros de Agricultura de la UE que «consideren a la alimentación como un asunto de máxima prioridad, cambiando el rumbo de la política agraria para que ésta garantice la soberanía alimentaria europea».
Para ello, ven «fundamental proteger al tejido productivo, es decir, a los agricultores y ganaderos europeos, de forma que éstos puedan cumplir con su principal función: la seguridad alimentaria tanto en cantidad como en calidad para el conjunto de los ciudadanos españoles y europeos».
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