Mural del cuadro de 'Guernica' de Picasso realizado por niños de la localidad vizcaína que se muestra en el exposición 'Kids Guernica' en Tokyo (Japón) | Europa Press

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El Lehendakari, Iñigo Urkullu, ha visitado este sábado por la mañana en Tokyo la exposición «Kids Guernica», que cuenta con obras de grandes dimensiones en favor de la paz pintadas por niños de distintos países, antes de trasladarse por la tarde a Hiroshima, devastada en 1945 por una bomba atómica. Urkullu acudirá el domingo al Museo de la Paz de la ciudad japonesa y realizará una ofrenda floral a las víctimas en el Parque Memorial.

El presidente del Gobierno Vasco, junto a toda la delegación de Euskadi que ha viajado esta semana a Japón para promocionar Euskadi Basque Country en el país nipón y asistir a la 'Basque week', ha visitado en la embajada española en Tokyo la exposición dedicada a Gernika, localidad vizcaína bombardeada en 1937 durante la guerra civil por la legión cóndor alemana, en apoyo al franquismo.

La muestra la integra un total de nueve obras grandes dimensiones elaboradas por niños de la propia Gernika, entre ellas una reproducción del cuadro de 'Guernica' de Picasso, así como de Hiroshima y Nagasaki, lugares que han vivido el horror de bombardeos, en el caso de las ciudades japonesas con bomba atómica. La exposición incluye murales realizados por niños de otros países, entre ellos ucranianos, concretamente de Bucha, que sufrió la masacre por parte de las tropas rusas que invadieron el país.

Han acompañado al Lehendakari durante la visita a la exposición, el embajador de España de Japón, Fidel Sendagorta; Minoru Wakanabe, encargado de recopilar las obras; y Jesús Sanz Escorihuela, consejero de cultura de la embajada, exembajador español en Nueva Zelanda y de la UE en Thailandia, que ha ofrecido las explicaciones sobre el sinificado y procedencia de cada obra.

Al finalizar el recorrido, la violinista japonesa Yasuzuka Kanon ha tocado unas piezas con un violín que se localizó en Hiroshima después del lanzamiento de la bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial, y entre otras melodías, ha interpretado la canción 'Txoria txori' de Mikel Laboa.

El instrumento musical pertenecía a un ruso, pero fue fabricado por un artesano ucraniano, por lo que tiene en su interior una inscripción en cirílico.

Hiroshima

Este sábado por la tarde, después de trasladarse a Toshima para presenciar las diferentes actividades que han arrancado con motivo de la celebración de la 'Basque Week', el Lehendakari ha viajado hacia Hiroshima, ciudad con la que Euskadi y, en concreto Gernika, mantienen estrechos lazos.

En esta ciudad japonesa que, junto a Nagasaki sufrió el lanzamiento de la bomba atómica en 1945 durante la Segunda Guerra Mundial, visitará el Museo Conmemorativo de la Paz y participará en una ofrenda floral en el Parque Memorial dedicado a los víctimas.

Precisamente, en abril de 2018 Iñigo Urkullu presidió el acto de plantación en Gernika de un retoño del árbol «ginkgo biloba» de la ciudad japonesa de Hiroshima, un símbolo de esperanza en Japón.
El retoño se trasplantó en el Parque Europa, cerca del mítico del lugar en el que se encuentra el mítivo árbol de Gernika durante la celebración del 81 aniversario del bombardeo de la villa vizcaína.

El árbol de Hiroshima plantado en el municipio vizcaíno procedía de un ejemplar que sobrevivió a la primera bomba atómica, pese a que se encontraba situado a escasos mil metros del epicentro de la explosión.

En su intervención en aquel acto, al que asistió el alcalde de la ciudad nipona, Urkullu aseguró que «hermanar» el roble de Gernika y el «ginkgo biloba» de Hiroshima tenía un especial y «profundo significado» poque signifiba que, en adelante, «el símbolo de la paz y la libertad, y el de la esperanza, se encuentran y crecen juntos» en la localidad vasca.

El lehendakari destacó que, de esta forma, Euskadi e Hiroshima trasladaban juntos «un mensaje de compromiso y esperanza», porque «es posible vivir y convivir en paz» y puede lograrse «un mundo sin violencia, sin guerras y sin terrorismo». Además, resaltó que esa esperanza situaba «la dignidad humana y la convivencia como los valores» que siempre se deben «sembrar, abonar, cuidar y hacer crecer cada día».