El proyecto de Ley de Economía Circular aprobado en noviembre por el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid se encuentra en la línea del Parlamento Europeo en cuanto a reducir, reciclar y reutilizar envases.
Los eurodiputados aprobaron hace unos días un el informe para enfrentar el incesante aumento de los derechos e impulsar la reutilización y el reciclaje, así como reducir el embalaje, restringir ciertos tipos y prohibir el uso de químicos de larga permanencia. De esta manera, constituye el mandato del Parlamento para las negociaciones con los Gobiernos de la Unión, aprobado por 426 votos a favor, 125 en contra y 74 abstenciones.
El anteproyecto de ley regional de Economía Circular, que tendrá que ser aprobado por la Asamblea Circular, en su artículo 23 sobre la cadena de valor del envase y del embalaje señala que la Administración de la Comunidad de Madrid y las entidades locales, dentro del ámbito de sus competencias fomentarán la minimización del uso de envases, en especial los de un solo uso, así como la prevención de la generación de residuos de envases.
A tal efecto, impulsarán el uso de envases reutilizables, la preparación para la reutilización, el consumo sin embalaje y sin envase siempre que sea posible y la minimización de los envoltorios y embalajes en los envíos domiciliarios, en todo caso, «garantizando la seguridad de los productos y la protección de la salud de las personas».
Asimismo, promoverán campañas de información, sensibilización y formación, dirigidas a los responsables de la distribución de los envases, a los agentes económicos participantes en la puesta en el mercado de los envases y a los consumidores finales; y promocionarán la reutilización de los embalajes comerciales e industriales.
También promoverán y fomentarán la preparación para la reutilización de envases reutilizables industriales y comerciales, ya sean primarios, secundarios o terciarios, «así como aquellas actividades que tengan por objeto la servitización de cualquier tipo de producto».
Otras medidas aprobadas por el parlamento europeo
Además de los objetivos globales de reducción de envases propuestos en el reglamento (5% para 2030, 10% para 2035 y 15% para 2040), los eurodiputados quieren establecer objetivos específicos para los envases de plástico (10% para 2030, 15% para 2035 y 20% para 2040).
Los eurodiputados también proponen prohibir la venta de bolsas de plástico muy ligeras (de menos de 15 micras) y limitar en gran medida el uso de determinados formatos de embalaje de un solo uso, como los productos de aseo en miniatura de los hoteles y el envoltorio para maletas en los aeropuertos.
El objetivo de los eurodiputados es clarificar los requisitos para la reutilización o rellenado de los envases. Los distribuidores finales de bebidas y comida para llevar en el sector de servicios alimenticios, como hoteles, restaurantes y cafeterías deben dar a los consumidores la opción de traer su propio recipiente.
Las nuevas normas exigen que todos los envases sean reciclables, cumpliendo criterios estrictos que deberán definirse vía legislación secundaria. Habrá algunas exenciones temporales, por ejemplo, para los envases alimentarios de madera y cera.
Los eurodiputados quieren que los países de la UE garanticen que el 90 por ciento de los materiales contenidos en los envases (plástico, madera, metales ferrosos, aluminio, vidrio, papel y cartón) se recojan por separado para 2029.
En 2018, los envases generaron una facturación de 355.000 millones de euros en la Unión Europea. Es una fuente cada vez mayor de desechos: en la eurozona ha aumentado de 66 millones de toneladas en 2009 a 84 millones en 2021. Cada europeo generó ese año 188,7 kilogramos de desechos de envases, cifra que continuará aumentando, hasta 209 kilos en 2030, si no se adoptan medidas.
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