El fuerte olor que desprenden estas plantas es lo que alertó a los agentes de que en uno de los chalet situado en un conocido barrio sevillano se pudiera estar cultivando marihuana. Tras las primeras investigaciones, se localizó un domicilio que presentaba un «continuo trabajo de máquinas de aire acondicionado» y del que «nunca habían formalizado un contrato de alta al suministro eléctrico», comprobando que, a pesar de vivir allí un matrimonio con niños menores de edad, tenía una plantación de marihuana en su interior.
En el registro, los agentes encontraron en el interior de la vivienda dos de las tres habitaciones adaptadas perfectamente para el cultivo de esta planta, habitaciones selladas y cegadas provistas de transformadores eléctricos, ventiladores, aparatos de aire acondicionado, filtros de carbono y cableado, que permitían el crecimiento óptimo de la marihuana, alrededor de 130 plantas que una vez desbrozadas arrojaron un peso de 42 kilos.
Los tres hijos menores de este matrimonio ahora detenido se veían obligados a dormir en un colchón que deslizaban por la noche en el salón de la vivienda. Las dos personas detenidas como presuntas autoras de los delitos de defraudación de fluido eléctrico y tráfico de drogas ya pasaron a disposición de la Autoridad Judicial.
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