En la última campaña se han dedicado 51.091 hectáreas al cultivo del maíz, un 41,3% menos que en 2022 debido a las restricciones de riego y las bajas reservas hídricas por la sequía.
Según el responsable de Desarrollo Rural e Innovación de Cooperativas Agroalimentarias Aragón, Jesús Abadías, «este escenario ha llevado a cambios notables en el patrón de cultivos como el maíz, la soja y el girasol» y «los datos indican una reducción de la superficie debido a la falta de agua».
En lo relativo al maíz, el descenso es significativo en las provincias de Huesca y Zaragoza, mientras que Teruel muestra la menor variación en términos porcentuales y en superficie afectada.
«Al ser un cultivo en régimen de regadío, y que en esta temporada agrícola la combinación de niveles bajos de agua y las oportunidades surgidas con cultivos de rotación como el girasol, han dado como resultado un descenso de la superficie cultivada», ha explicado el nuevo coordinador de la Red Aragonesa de Cultivos Extensivos y Leguminosas (ARAX), Luis Gazol.
Por otro lado, al igual que en 2022, la proporción entre maíz convencional y transgénico sigue siendo paritaria --51,12% de convencional y 48,88% a transgénico-- y las variedades de consumo humano han abarcado 15.000 hectáreas, 5.000 menos que el año anterior.
La soja pierde superficie, pero aumenta rendimiento
Red Arax ha apuntado que, tras seis años ensayando y estudiando el desarrollo y adaptación de la soja a Aragón, la experiencia ha dado este año sus frutos ya que, aunque es «evidente» que ha habido un descenso en la superficie, se han registrado buenos rendimientos por hectárea, ha indicado Jesús Abadías.
Así, la disminución de la superficie en los últimos dos años es «significativa», con 330,86 hectáreas en la última campaña, pero «los esfuerzos por optimizar el manejo agronómico y la selección de variedades adaptadas a las condiciones aragonesas han permitido mantener altos niveles de producción», ha explicado el coordinador de Red Arax.
Un ejemplo de ello se encuentra en el ensayo ubicado en Ejea de los Caballeros junto a la Cooperativa Virgen de la Oliva con las variedades Avril (6.233 kg/ha) y Es Generator (6.228kg/ha), y hasta 4.500 kg/ha en segundas siembras, cuando se cultiva detrás de cereales como la cebada. «Eso demuestra la gran capacidad que tiene este cultivo para encajar en la rotación de las explotaciones agrarias», ha señalado.
Girasol
Aragón ha dedicado este año 23.672 hectáreas al cultivo del girasol, con lo que se ha producido un ligero descenso vinculado sobre todo a las segundas siembras.
«Ha habido un repunte en la superficie de girasol en primera siembra», ha resaltado el responsable de Desarrollo Rural e Innovación de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón, «Casi duplicando la superficie de 2019 en el año 2023 sobre todo en Teruel y Zaragoza».
El cambio en la estrategia de cultivos, motivado por el aumento en el precio del girasol debido a la incertidumbre en el suministro originado por el conflicto entre Ucrania y Rusia, ha propiciado que los agricultores aragoneses incrementen la apuesta por este cultivo, que requiere menos agua en comparación con otros cultivos de verano.
A este respecto, hay que resaltar que en 2022 hubo un «pico excepcional» de segundas siembras, «llegando a triplicar la media en la comunidad», ha detallado Luis Gazol.
«Sin embargo, en 2023 ha bajado la superficie por falta de agua de riego, pero podemos decir que se ha consolidado manteniendo la tendencia de años anteriores», ha resaltado el coordinador de Red Arax.
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