Vidarte anunció su decisión de poner fin este año a sus responsabilidades como director general del museo en la reunión del Patronato celebrada este pasado lunes en Bilbao. Con esta decisión culmina una trayectoria de 32 años desde que en 1992 fuera nombrado director del Consorcio encargado de poner en marcha el Museo Guggenheim Bilbao y se convirtiera, en 1996, en su hasta ahora primer y único director general.
El responsable del Guggenheim ha explicado este martes, en una comparecencia en el propio museo, los detalles de su decisión que, ha reconocido, tomó «con la cabeza» porque «el corazón» le «pedía seguir».
Aunque llevaba reflexionando sobre este relevo desde el 20º aniversario del Guggenheim Bilbao en 2017, la decisión se vio alterada por el «momento complicado» de la pandemia de covid-19 y la marcha de Richard Armstrong como director de la Fundación de Nueva York.
Finalmente, ha afirmado, se pondrá en marcha el proceso de cambio en la dirección en un «momento idóneo» en el que el museo cuenta con «una salud extraordinaria», con «récord» en número de visitantes el pasado año (1.324.000) y un 2024 que, por ahora, «está siendo un año incluso algo mejor».
«Estos cambios, que son algo absolutamente normal, natural a la vida de cualquier institución que tiene vida y que se desarrolla, es mejor hacerlos cuando la situación es buena», ha opinado Juan Ignacio Vidarte, que ha considerado su «responsabilidad» facilitar la «transición a otra etapa» del museo.
El director general del Guggenheim trasladará esta decición al Patronato de la Fundación Guggenheim de Nueva York el próximo 30 de mayo y a partir del 3 de junio se abrirá el proceso, para el que el Patronato ha nombrado un comité de selección (del que formarán parte las instituciones fundadoras y él mismo entre otros) y que contará con el apoyo de una empresa internacional, radicada en Berlín, especializada en la selección de equipos directivos del sector cultural y museístico.
La previsión es que «idealmente, en torno a mediados de octubre, se pueda tener ya una conclusión de ese proceso, de manera que es una candidatura que se pueda presentar al Patronato para su aprobación», ha adelantado.
Una vez concluya el proceso, Vidarte seguirá vinculado al museo como director emérito, un cargo con funciones no ejecutivas pero sí presencia en el Patronato, y a la Fundación Guggenheim en sus responsabilidades actuales como director de Estrategia.
El director general del Guggenheim ha mostrado su «profundo agradecimiento por el apoyo, respeto y generosidad» que ha recibido de «todos los estamentos» del museo, cuyos «pilares» han sido «la arquitectura institucional que lo soporta» con un modelo de colaboración público-privada y su equipo de profesionales.
Vidarte ha asegurado que se va «satisfecho» de lo logrado «de manera coral» en el museo, un proyecto al que llegó como «un outsider» y en el que luego se ha convertido en «probablemente el director más veterano» de los museos del Estado.
La espinita
El director general del Guggenheim ha señalado que, en estos años, el momento más duro fue el asesinato del ertzaina José María Agirre por ETA en la plaza del Museo «unos días antes de la inauguración», mientras que «ha habido muchos momentos muy bonitos». En todo caso, ha añadido, para él, el «privilegio» ha sido haber podido «participar en un proyecto desde que era una idea, hasta verlo convertido en una realidad como esta».
Vidarte ha destacado, entre los hitos a nivel artístico, lo que supuso la decisión «ambiciosa» del encargo de 'Materia del tiempo' de Richard Serra, que aportó al museo «un salto cualitativo», y ha reconodio que la «espinita» con la que se marcha es que «no fructificara la idea de que el 'Guernica' se pudiera haber expuesto de manera temporal en el contexto de la exposición inaugural».
El perfil del sucesor
Respecto al perfil de su sucesor, ha considerado que tendrá que tener «un nivel de cualificación y de experiencia profesional elevado» y encontarse «en un momento de su carrera profesional que pueda tener por delante un periodo de tiempo suficientemente largo como para desarrollar un proyecto aquí», ya que lo que se busca «no un relevo para los próximos tres o cuatro años, sino alguien que pueda tener esa trayectoria de diez o quince años por delante».
Asimismo, ha apuntado que también se tendrá en cuenta «un enfoque de valores» que «sintonicen con los de la institución» y, además, una «familiaridad» con su «contexto y arquitectura institucional» porque el Guggenheim es «un embajador de la ciudad y del país en el mundo».
En relación a otros factores, ha afirmado que el conocimiento del euskera es «importante» pero no será «condición excluyente» y ha asegurado que el proyecto de ampliación a Urdaibai «no va a condicionar» en la selección del nuevo director.
Vidarte ha recordado que se trata de «un proyecto estratégico» para el museo pero al que aún «no se le ha dado la luz verde» porque se requiere «un consenso institucional que todavía no existe».
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