Zaragoza acoge este verano a 45 niños y niñas saharauis de los 120 que vienen a Aragón, procedentes de los campamentos de refugiados saharauis de Tindouf (Argelia), gracias al proyecto 'Vacaciones en Paz'.
Esta iniciativa está coordinada por Arapaz-MPDL Aragón, junto a Umdraiga, Amigos del Pueblo Saharaui del Alto Aragón (Alouda) yAsociación de Amigos del Pueblo Saharaui en Teruel (Lestfa). El Consistorio aporta 30.000 euros con cargo al presupuesto de Cooperación dentro del Área de Participación y Régimen Interior para un programa que, además de mejorar la calidad de vida de los pequeños, busca dar a conocer la historia del pueblo saharaui y sensibilizar a la población aragonesa sobre su situación.
Los niños tienen entre 8 y 10 años y estarán con sus familias de acogida durante dos meses, hasta el próximo 26 de agosto. La alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, junto a los consejeros Ángel Lorén y Alfonso Mendoza, y representantes de los grupos municipales, les han dado una afectuosa bienvenida en el salón de recepciones, donde han podido disfrutar de un desayuno con chocolate y dulces.
Los niños y niñas sahararuis han asistido con sus familias de acogida, acompañados también por los responsables de las oenegés y por el delegado sahararui en Aragón, Yahya Edjil.
Chueca ha agradecido a las familias su «generosidad» y hospitalidad« para proporcionar a estos niños y niñas un verano »maravilloso«. »Quería daros las gracias, de verdad, porque tengáis esa hospitalidad que nos caracteriza a los zaragozanos, ese abrir las puertas de vuestra casa para que estos niños puedan disfrutar de un verano alegre, feliz y que seguro será inolvidable para ellos", ha deseado.
«Un año más, el Ayuntamiento os abre las puertas porque esta es vuestra casa, es la casa de todos y estamos encantados de daros la bienvenida», ha indicado la alcaldesa, al tiempo que ha deseado que esta sea una experiencia «muy gratificante» para todos.
Por su parte, el consejero de Presidencia, Ángel Lorén, ha recordado que este programa se inició ya en 1995 y que, desde entonces, muchos niños y niñas han llegado a Zaragoza, estableciendo con sus familias de acogida un lazo «afectivo» que ha durado «mucho tiempo».
«En vuestro caso, las familias que os acogen van a significar también un enlace con nuestra ciudad y nuestro país», ha indicado. Y ha añadido: «Hoy conocéis Zaragoza por primera vez, pero va a ser una ciudad que se va a quedar grabada en vuestros corazones durante mucho tiempo».
El consejero Alfonso Mendoza ha asegurado que para el Ayuntamiento es un «orgullo» participar en un programa tan consolidado, con casi treinta años de existencia, y ha precisado que ha sido un «acierto» impulsarlo y mantenerlo a lo largo de los diferentes mandatos. Y ha tenido unas palabras para las familias de acogida: «Los grandes protagonistas son también las familias que con su cariño y esfuerzo hacen posible que este programa funcione».
El pasado 28 de junio, 120 niños de entre 8 y 9 años llegaron a la capital aragonesa procedentes de los campos de refugiados de Tindouf, donde viven en unas pésimas condiciones. Cuarenta y cinco han sido acogidos por familias zaragozanas, mientras que el resto han sido recibidos en otras localidades aragonesas.
Verano para jugar, ser cuidados y aprender español
Durante su estancia, los niños se someten a reconocimientos médicos. Hay que tener en cuenta que, debido a una deficiente alimentación y a las precarias condiciones de vida, sufren patologías especialmente relacionadas con la vista y el oído. Las vacaciones en Zaragoza son también un aprendizaje para mejorar su nivel de español, ya que este es el segundo idioma oficial que se enseña en las escuelas de los campamentos.
Lejos de la dura realidad
'Vacaciones en Paz' permite a los niños saharauis vivir unos meses lejos de las duras condiciones de los campamentos de refugiados, especialmente complicadas en verano. Ademas, reciben atención médica, mejoran su alimentación y, en general, cubren sus principales carencias.
El proyecto pretende dar a los menores saharauis la posibilidad de mejorar sustancialmente su salud, a través de la mejora de su alimentación y las revisiones médicas; por otro lado, se les quiere dar la posibilidad de conocer otra imagen del mundo, distinta de las que les aporta su realidad cotidiana en el desierto. En general, cubrir las principales carencias de estos menores, viviendo unos meses lejos de las duras condiciones de los campamentos.
Selección de las familias de acogida
A través del proyecto también se busca la sensibilización de la población aragonesa ante esta realidad social, y se fomenta la creación de vínculos afectivos entre las dos familias, la de acogida y la propia, y el resto de personas que participan directa e indirectamente en el programa.
La selección de las familias de acogida candidatas se inicia en el mes de marzo, cuando las organizaciones ponen en marcha una campaña de búsqueda mediante carteles, notas de prensa y charlas en asociaciones de barrio y de diferentes localidades de la provincia.
La selección tiene en cuenta criterios como que en el núcleo familiar haya niños de edades similares y que los padres cuenten con tiempo suficiente para atenderlos.
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