El grupo Bring Me the Horizon actúa en el festival Mad Cool 2024, a 13 de julio de 2024, en Madrid (España). Bring Me the Horizon es una banda británica de rock formada en 2003. | Ricardo Rubio / Europa Press

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The Killers y Bring Me The Horizon demostraron por qué son dos de las bandas más electrizantes de la escena musical actual con sus sendas actuaciones en la última jornada del festival Mad Cool, que se ha celebrado por segundo año consecutivo en el espacio Iberrola Music, en el madrileño distrito de Villaverde.

El carismático líder de The Killers, Brandon Flowers, dejó claro desde el primer momento que sería el «anfitrión» de la noche, según pronunció en un perfecto español al principio de su actuación. Con su habitual elegancia y energía, Flowers cautivó a una multitud de más de 57.000 personas, iniciando el espectáculo con 'My Own Soul?s Warning' y disparando confeti al cielo.

El repertorio incluyó también éxitos como 'Spaceman', 'When You Were Young', 'Human' y 'Mr. Brightside' cada uno de ellos coreado fervorosamente por el público. Uno de los momentos más destacados de la noche fue cuando Flowers eligió a un fan, Daniel, de entre la audiencia para tocar la batería en 'For Reasons Unknown'.

Además del magnetismo de Flowers, el concierto contó con la participación de tres coristas excepcionales que añadieron profundidad y brillo a las notas altas del líder.

El repertorio del concierto fue una mezcla de sus grandes éxitos y algunas sorpresas. Canciones como 'Somebody Told Me', 'Runaways', 'Read My Mind' y 'All These Things That I?ve Done' fueron interpretadas con la misma pasión y energía que al principio de su carrera. No obstante, se hizo patente la falta de decibelios del concierto, que impedía al público más lejano escuchar con nitidez la actuación.

Un momento emotivo de la noche fue cuando Flowers dedicó una canción a los fans que celebraban su cumpleaños, cumpliendo el deseo de dos grupos de personas que habían llevado pancartas solicitando la dedicatoria. El espectáculo incluyó también una versión de 'A Little Respect' de Erasure. La puesta en escena, con referencias a Moulin Rouge, añadió un toque teatral y elegante al concierto.

Otras propuestas bastante interesantes

Además de The Killers, la última jornada del Mad Cool contó con la presencia de Avril Lavigne, quien a pesar de la calurosa tarde, subió al escenario cubierta con una sudadera y capucha. Lavigne, que no visitaba España desde hace 17 años, revivió la nostalgia de los asistentes con éxitos como 'Girlfriend', 'Complicated' y 'Sk8er Boi'. Su actuación fue un viaje a los recuerdos de principios de los 2000, aderezada con miles de lazos dorados lanzados al público.

La jornada también contó con Bring Me The Horizon, cuya actuación comenzó con retraso. A pesar de los problemas iniciales, la banda británica ofreció un espectáculo vibrante con un escenario lleno de efectos pirotécnicos. Oli Sykes, el carismático líder de la banda, se movió por el escenario con una energía contagiosa, interactuando constantemente con el público y creando un ambiente electrizante.

Bring Me The Horizon no escatimaron en recursos para su puesta en escena. Con un fondo visual impresionante y una serie de efectos especiales, incluyendo lenguas de fuego y robots bailando, la banda ofreció un espectáculo visual que complementó su música agresiva y emocional. Canciones como 'Kingslayer' y 'Throne' destacaron en su repertorio, mostrando su habilidad para combinar melodía y agresividad en una mezcla única.

Nathaniel Rateliff & The Night Sweats y Arlo Parks también destacaron en el escenario con sus respectivas actuaciones, aportando diversidad musical a la jornada final del festival. Rateliff ofreció un show sin pausas, alternando entre la guitarra, el órgano y la pandereta, mientras que Parks encantó con su original pop de matices funk, soul y grunge.

En el cierre de la jornada, y del festival, destacó The Kooks. La banda británica, conocida por sus pegajosos ritmos y melodías, ofreció un set lleno de energía y nostalgia. Con canciones como 'Naive', 'She Moves in Her Own Way' y 'Junk of the Heart (Happy)', los británicos lograron conectar con el público, que no dejó de bailar y cantar durante toda su actuación.

La voz distintiva de Luke Pritchard y la habilidad instrumental de la banda se destacaron, proporcionando una gran actuación que complementó perfectamente el ambiente festivo de la jornada. Aunque hubo también un momento desagradable, cuando el grupo paró la actuación por la agresión de una persona a otra entre el público. Expulsado el atacante, el concierto se reanudó hasta el final, llegadas las 2 de la madrugada.