En una entrevista en Canal Sur Televisión, recogida por Europa Press, Manuel Chaves se ha pronunciado sobre la investigación que señala a Begoña Gómez tras la decisión del juez Juan Carlos Peinado de citar a declarar como testigo a Pedro Sánchez, y al respecto el expresidente socialista andaluz ha indicado que no ha seguido «muy de cerca» este asunto, pero que en todo caso le «recuerda el proceso de instrucción de los ERE» por «la búsqueda de la cúspide».
Manuel Chaves ha agregado que ambos casos le resultan similares comenzando por el «punto de partida» de la investigación que se dirige contra Begoña Gómez, «una querella basada en recortes de prensa e incluso en falsedades por dos pseudo sindicatos» entre los que ha citado a Manos Limpias, organización que «también estuvo en la denuncia de los ERE», según ha subrayado el expresidente de la Junta, que ha llamado la atención acerca de que desde esa querella, y pese a haber «un informe contrario de la Guardia Civil», se ha llegado «a la imputación de la esposa del presidente» del Gobierno y a la citación de Pedro Sánchez para declarar como testigo, algo que, a su juicio, es «como mínimo insólito».
Por otro lado, en relación al caso de los ERE en sí, Manuel Chaves ha incidido en subrayar que el fallo de la sentencia del TC que la semana pasada estimó parcialmente su recurso de amparo «dice absolutamente de una manera clara y expresa que las sentencias de la Audiencia de Sevilla y del Tribunal Supremo están anuladas», y al hilo ha aseverado que «ningún tribunal de España está inmune al control del Tribunal Constitucional sobre los derechos fundamentales».
De igual modo, Chaves ha subrayado que, con esa decisión del TC, ha quedado «desmontado» el argumento de que él armó «una trama política» con el caso de los ERE, una idea que se conformaba como «la clave de bóveda de todo el asunto», según ha añadido para reiterar su idea de que en torno a este asunto hubo «una operación política y mediática con ropaje judicial», y una instrucción en la que, «más que perseguir la pista del dinero, lo que buscaba era ir a la cúspide de la pirámide de la Junta de Andalucía».
La ideología de un juez "no es incompatible para dictar sentencia"
De igual modo, y al hilo del pasado de algunos magistrados del TC como el que fuera ministro de Justicia y alto cargo de la Junta de Andalucía durante la etapa de gobierno socialista Juan Carlos Campo, el expresidente andaluz ha defendido que «los magistrados tienen ideología», y «la ideología nunca ha sido incompatible con que se pueda dictar una sentencia».
«Es decir, lo mismo que un magistrado o un juez puede tener sentimientos religiosos y eso no le debe de impedir nunca dictar una sentencia, una afinidad a ideas políticas tampoco le puede impedir dictar una sentencia», ha razonado en esa línea Manuel Chaves, quien por ello ha llamado a «respetar al Tribunal Constitucional», y «una manera» de hacerlo, según ha continuado, es «no difamar» a los magistrados que formen parte del mismo, «sean conservadores o progresistas», ha apostillado.
Al hilo, el que fuera también presidente del PSOE ha remarcado que él «nunca» ha «atacado» a los magistrados del Tribunal Supremo que le condenaron, ni dijo que habían dictado sentencia contra él «porque eran conservadores». «Nunca lo he dicho», ha enfatizado Manuel Chaves, que ha subrayado que «acató y respetó la sentencia» de dicho alto tribunal.
A la pregunta de si «hubo un gran fraude» con el caso de los ERE, el expresidente ha respondido que «el Tribunal Constitucional ha dejado claro que no hubo un gran fraude» y «no hubo ninguna trama política del Gobierno» andaluz del PSOE-A, de sus presidentes y consejeros «para delinquir o para que otros delinquieran».
En contacto frecuente con griñán
Manuel Chaves también ha comentado que habla «con mucha frecuencia» con el también expresidente de la Junta José Antonio Griñán --al que el TC ha exonerado toda la malversación por la que fue condenado a seis años de cárcel por el «procedimiento específico» de financiación de los ERE fraudulentos con cargo a los fondos autonómicos.
Chaves ha indicado que quien le sucediera como presidente de la Junta «está preocupado por su enfermedad», aunque también «contento», y le ve «con mejor ánimo que hace, por ejemplo, un mes o dos meses». También ha apuntado que «nunca» rompió la «amistad» con Griñán, aunque ambos tuvieron sus «problemas y diferencias», pero «el tiempo va limándolas y va suavizándolas», ha abundado.
El expresidente socialista ha recordado que tanto él como Griñán renunciaron en el año 2015 a sus escaños en el Congreso --en su caso-- y en el Senado --en el caso del segundo-- tras su procesamiento por los ERE, y se dieron de baja como militantes en el PSOE, pero ha apuntado que en torno a ese episodio «hay una cierta leyenda», porque ni a él ni a Griñán «nadie nos obligó a dejar el acta» en las Cortes Generales, según ha advertido.
En esa línea, Chaves ha comentado que «en aquellos tiempos» nunca habló con la entonces presidenta de la Junta y secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz, quien, por tanto, «no me pudo pedir el acta», una decisión que tanto él como Griñán adoptaron «por respeto a nuestro partido, por no hacerle daño a nuestro partido --el PSOE--, y también porque el partido tenía sus normas», ha añadido.
«En definitiva, éramos conscientes de que nosotros teníamos que asumir nuestra responsabilidad política, y eso fue lo que hicimos», ha abundado al respecto Manuel Chaves, quien por ello ha concluido tachando de «leyenda política» que Ciudadanos (CS) exigiera a Susana Díaz que Griñán y él dejaran sus actas en Congreso y Senado como condición para apoyar su investidura como presidenta de la Junta tras las elecciones andaluzas de 2015, en las que el PSOE-A ganó pero sin mayoría absoluta. «Todo eso es falso», ha zanjado Manuel Chaves.
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