El Ayuntamiento de Zaragoza comenzará, a la vuelta del verano, las obras de adecuación para trasladar la biblioteca municipal Miguel de Cervantes, del Distrito Universidad, situada actualmente en la calle Santa Teresa, a un local más versátil y espacioso situado en la plaza Eduardo Ibarra, junto al estadio de La Romareda. El objetivo es que los usuarios puedan disfrutar del nuevo espacio antes de final de año.
La biblioteca Miguel de Cervantes, la más antigua de la red municipal, inaugurada en 1947, cuenta con 12.700 fondos y más de 1.500 socios, pero su espacio actual es «totalmente insuficiente», con menos de 100 metros cuadrados distribuidos en dos alturas y con la imposibilidad de instalar aire acondicionado al tratarse de un edificio catalogado en el que la comunidad de vecinos ha mostrado siempre reticencias, ha indicado en declaraciones a los medios de comunicación la concejala delegada de Educación, Paloma Espinosa, quien ha destacado también que esta era una «reivindicación histórica» del distrito.
El Consistorio zaragozano responde de esta forma al anuncio de la alcaldesa, Natalia Chueca, de trasladar la biblioteca municipal del Distrito Universidad, realizado en el pasado Debate del estado de la ciudad.
Con la nueva ubicación, las instalaciones ganan espacio --más de 230 metros--, lo que permitirá además crear una zona infantil diferenciada, al igual que en otras bibliotecas, así como realizar actividades culturales que no eran posibles en el emplazamiento actual.
De este modo, la próxima sede contará con 40 puestos de lectura y consulta, frente a los 18 actuales, a lo que se suma un espacio «peatonal y amable» para los usuarios, con posibilidades de realizar también actividades al aire libre en el entorno y el aprovechamiento de la parte ajardinada junto a una de las fachadas.
Su acristalamiento lo convierte en un lugar diáfano, con un nuevo mobiliario en pro de mejorar la imagen general y, por ejemplo, de desarrollar visitas guiadas de los centros educativos del distrito --18 colegios y cuatro institutos--.
Además, entre los avances se encuentra un sistema de climatización con instalación de calefacción y aire acondicionado con el fin de solucionar de manera definitiva el problema del espacio con el clima extremo de Zaragoza.
Una biblioteca inclusiva
En palabras de Paloma Espinosa, el nuevo equipamiento será «una biblioteca inclusiva» porque va a contar con fondos en braille, para personas con dislexia o audiolibros. Este material se definirá de la mano de Cermi Aragón, la asociación con mayor grado de representación de la discapacidad en la Comunidad.
Por último, ha señalado que el espacio de la calle Santa Teresa se utilizará como almacén, lo vendrá «muy bien» para guardar fondos que se emplean en actividades fuera de las bibliotecas.
El Ayuntamiento ha previsto realizar este traslado de manera que el servicio se mantenga sin interrupción o con la menor afección posible.
En especial, se va a cuidar la dotación y la organización de espacios para que el público infantil pueda desarrollar en las mejores condiciones el hábito de la lectura en la nueva sede, que incluso puede representar un espacio alternativo para las actividades del Kiosco de las Letras e incluso puede surgir la coordinación de iniciativas con el Centro de Mayores y el Centro Cívico Universidad,.
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