La temporada turística por excelencia ha comenzado con fuerza en la Comarca de Sobrarbe. Un total de 15.577 personas han pasado durante el mes de julio por las oficinas de turismo municipal y comarcal, impulsadas por los atractivos naturales, patrimoniales y culturales que ofrece el territorio.
Los pueblos con encanto, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, los merenderos, las zonas de baño y las actividades para realizar en familia son el tipo de información más habitual, convirtiendo a Sobrarbe en un destino de primer nivel durante el verano.
«Según las estadísticas del Gobierno de Aragón, en nuestra comarca han pernoctado 20.000 personas en el mes de junio. En julio, y teniendo en cuenta que las solicitudes de información se han doblado, se habrán superado las 40.000, una cifra espectacular de la que estamos realmente satisfechos», asegura el alcalde Enrique Pueyo.
En la Comarca de Sobrarbe existen 21.003 plazas turísticas, la que más plazas ofrece en toda la comunidad de Aragón. Además, en estas fechas las casas de turismo rural rondan una ocupación del 80%.
«Los alojamientos y establecimientos de hostelería, así como las empresas de turismo activo, están funcionando a pleno rendimiento para acoger a los visitantes que vienen a visitar un lugar privilegiado y muy sensible», ha recordado Pueyo.
«Por eso, nuestros esfuerzos desde las entidades públicas y empresas comarcales se vuelca especialmente en informar sobre el cuidado del medio ambiente», ha continuado diciendo.
El alcalde ha apostillado que «bajo ningún concepto se puede admitir que vengan empresas promoviendo un turismo masivo, irrespetuoso y sin conocer el territorio, como hemos sabido recientemente, trayendo turistas a lugares de imposible acceso para autobuses como las pistas y las carreteras de montaña».
Además de disfrutar de los espacios naturales, la comarca de Sobrarbe ofrece en estas fechas multitud de opciones para descubrir su patrimonio, con visitas guiadas en algunos de sus pueblos, el Monasterio de San Victorián o el románico de San Vicente de Labuerda.
Los museos como el de Artes y Oficios Tradicionales de Aínsa, la antigua cárcel de Broto o los etnológicos de Torla y San Juan de Plan son solo una pequeña muestra de los lugares donde buscar refugio los días de mayor calor.
En el caso Aínsa, su Festival del Castillo ha supuesto un revulsivo para dinamizar la agenda al comienzo de la temporada de verano. Una veintena de espectáculos de música, teatro y gastronomía han atraído a cerca de 4.000 personas, suponiendo un impacto económico para el pueblo que multiplica por ocho la cifra de su presupuesto.
«Ninguna de las actividades que organizamos tendría sentido si no fuera para repercutir en beneficio de los habitantes y de los negocios del entorno», concluye el alcalde, «así que en ese sentido estamos orgullosos un año más de los resultados, y esperamos que en próximas ediciones sigamos repartiendo trabajo y cosechando alegrías», ha finalizado Enrique Pueyo.
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