La presidenta de Navarra, María Chivite, recibe en el Palacio de Navarra al lehendakari, Imanol Pradales, en el primer encuentro entre ambos mandatarios. | IVÁN DELGADO-EUROPA PRESS

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El Lehendakari, Imanol Pradales, y la presidenta de Navarra, María Chivite, han defendido de forma conjunta del Concierto económico y el Convenio, y han pedido respeto a sus sistemas fiscales propios, que consideran «solidarios». Además, aseguran que estos tienen cabida en el modelo de Estado al margen de la reflexión que se aborda sobre la financiación de las comunidades de régimen común, y recuerdan que conllevan «un riesgo unilateral» para Euskadi y la Comunidad Foral.

En un artículo titulado 'Responsabilidad, solidaridad y riesgo en la financiación de nuestro Autogobierno' publicado en el Grupo Noticias y recogido por Europa Press, Pradales y Chivite afirman que el Concierto Económico vasco y el Convenio Navarro exigen «un alto nivel de responsabilidad y compromiso con la gestión, una fiscalidad igualmente responsable, y en ningún caso se articula contra nadie, por su hondo componente solidario y porque su respaldo legal supone un marco de refuerzo institucional que hace incuestionable su anclaje constitucional».

En esta línea, han defendido su cabida en «el modelo de Estado que tenemos, independientemente de que la reflexión en torno al modelo de financiación de las comunidades autónomas de régimen común pudiera conducir a un modelo diferente al actual».

Por ello, creen que «es de justicia ponerlo en valor, respetarlo y afirmar el compromiso en su defensa como Derecho histórico y piedra angular» del Autogobierno vasco y de Navarra.

Pradales y Chivite señalan que los sistemas de Concierto y Convenio Económico son el elemento más singular del actual autogobierno, «con un modelo de federalismo fiscal con el máximo nivel de autonomía».

En este sentido, recuerdan que «tienen una honda raíz histórica y entroncan en la autonomía tributaria, de la que se conservan registros jurídicos históricos que se remontan a la Edad Media». Además, añaden que su formulación actual deriva del proceso de transición a la democracia y el reconocimiento constitucional de los Derechos Históricos de los territorios forales, y subrayan que «encuentran su marco en el Estatuto de Gernika y en el Amejoramiento foral, y gozan de plena estabilidad y seguridad jurídica».

También recuerdan que han sido avalados por los máximos tribunales españoles y europeos, que aplicando la doctrina que el Tribunal de Luxemburgo acuñó en el asunto de las Islas Azores, «han concluido que los territorios forales disponen de autonomía institucional, de procedimiento y económica».

De esta forma, apuntan que «desempeñan un papel fundamental en la definición del medio político y económico en el que operan las empresas», por lo que han sido «declarados como plenamente compatibles con el Derecho de la UE».

Las críticas partidistas

«Los regímenes de Concierto y Convenio son, por tanto, continuadores de la tradición histórica foral, tienen hoy en día el máximo reconocimiento jurídico, político y jurisprudencial en nuestro ordenamiento y, a pesar de todo, periódicamente son objeto de críticas y de utilización partidista», apuntan.

Segun precisan, estas críticas «obvian su singularidad en el Derecho comparado y la diferencia radical de características que plantea respecto al régimen de financiación de las comunidades autónomas de régimen común».

«El problema radica en que todavía hoy, desde 1980 y la aprobación de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA), no se ha encontrado una fórmula que permita una adecuada financiación de todas las Comunidades Autónomas», señalan el Lehendakari de Euskadi y la presidenta navarra.

Ambos aclaran que podrían «articularse mecanismos en el sistema de financiación» de las autonomías «de régimen común, multilaterales o con un grado mayor o menor de bilateralidad, que puedan imitar o asemejarse en algunas de sus características» a los modelos de Euskadi y Navarra, aunque «no disfrutarían de la seguridad y estabilidad en el tiempo que la garantía institucional del núcleo intangible de la foralidad».

Imanol Pradales y María Chivite aseguran que el Concierto y el Convenio articulan «un régimen de autonomía para sus respectivos territorios que les permite desarrollar una política fiscal propia y diferente a la del Estado en el ámbito de la imposición directa y en los impuestos municipales, así como en algunas figuras concretas de la imposición indirecta».

Así, indican que las instituciones de Euskadi y Navarra «tienen a su disposición ese instrumento de política fiscal» que normalmente está a disposición exclusiva de los Estados. De esta forma, destacan que «es posible desarrollar una política fiscal propia y adaptar el instrumento tributario a la idiosincrasia de cada uno de los territorios»

Pradales y Chivite remarcan que el Concierto y el Convenio reconocen a las Haciendas Forales como Administraciones tributarias integrales, y se han construido unas administraciones tributarias «modernas, altamente informatizadas», pero también «cercanas y volcadas en otorgar seguridad jurídica a los contribuyentes y a los operadores económicos».

Todo ello, tal como apuntan, contribuye a complementar las medidas tributarias de política fiscal «adoptadas para reforzar la actividad económica y aumentar la riqueza del país».

Riesgo unilateral

En tercer lugar, resaltan «una característica central» del Concierto y Convenio: el riesgo unilateral«. »Las Haciendas Forales recaudan todos los impuestos que forman parte del sistema tributario estatal, a excepción de los gravámenes a la importación. Con esos recursos atienden, con riesgo unilateral, sus obligaciones con la Administración General del Estado (Cupo, Aportación y otros flujos financieros), así como todo el gasto público propio".

De esta forma, explican que gestionar una Hacienda propia implica «un elevado grado de responsabilidad, rigor y autoexigencia en la gestión». A su vez, puntualizan que el Cupo y la Aportación «no tienen que ver con que las Haciendas Forales recauden más o menos, dado que no se calcula como una parte alícuota de los recursos recaudados, sino que se calcula identificando en los PGE todas las partidas de gasto público que se corresponden con competencias no asumidas por cada una de las comunidades», manifiestan.

Para ello, se aplica el índice de imputación que refleja el peso de cada comunidad en el conjunto del Estado: en el caso de Euskadi el 6,24% y en el de Navarra el 1,6%, «porcentajes superiores a lo que representa su población respecto al conjunto del Estado».

De esta manera, afirman que el Concierto y Convenio son «solidarios» a través de cuatro elementos «acumulativos de solidaridad»: la aportación anual de lo que el Estado establece como dotación al Fondo de Compensación Interterritorial; la aportación a la carga financiera de toda la deuda pública emitida por el Estado; las instituciones vascas o navarras no reciben financiación extraordinaria en crisis económicas, sino que asumen unilateralmente las consecuencias de la reducción de los ingresos tributarios; y el índice de imputación del Cupo y de la Aportación.

El lehendakari vasco y la presidenta navarra destacan que el Concierto y el Convenio son «instrumento fundamental» para que instituciones vascas y navarra desarrollen sus propias políticas públicas, y establecen «un marco de relación adecuado con la Administración tributaria del Estado y las de otros países».

«Se trata de un régimen respaldado por la historia, por las normas fundamentales que regulan la actual estructura jurídico-política, tanto del Estado como de la Unión Europea, que goza del reconocimiento judicial al máximo nivel y de una estabilidad y un clima de seguridad jurídica que ha permitido construir la sociedad del bienestar en la que hoy vivimos», añaden.