Requena en la presentación llevada a cabo en la Delegación del Gobierno en Aragón. | Europa Press - EUROPA PRESS

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El otoño en Aragón repetirá, con probabilidad, el patrón de temperaturas más elevadas que la media del periodo de referencia --1991-2020-- y precipitaciones que 'a priori' se moverán dentro del rango normal, después de un verano especialmente cálido y húmedo con mínimas de récord y tormentas muy efectivas que han dejado unas precipitaciones por encima de la media.

Los próximos meses volverán a ser más cálidos de lo habitual según avanza la predicción de Copernicus, el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea, que ha expuesto este lunes el delegado territorial en Aragón de la Agencia Estatal de Meteorología Aemet, Rafael Requena.

Así, hay una probabilidad de entre el 50 y 60 por ciento de que la temperatura media se encuentre en el tercil cálido en el norte peninsular, siendo algo más alta en el sur de la Península, en comparación con el periodo de referencia --1991-2020--, ya con temperaturas más elevadas que el anterior.

En cuanto a las precipitaciones, Aragón se encuentra en una zona intermedia en la que no queda claro si habrá menos precipitaciones o serán las habituales de esta época del año. «Hay alguna ligera probabilidad de que alguna zona del norte de la Península se quede en el tercil seco, pero en Aragón no hay una tendencia clara como para decir que el otoño vaya a ser más húmedo o más seco de lo normal, puede pasar cualquier cosa», ha advertido Requena.

También queda en el aire, de momento, qué tiempo hará durante las Fiestas del Pilar: «Es demasiado pronto para dar una predicción, a comienzos de octubre puede que se recuperen las temperaturas e incluso que se retrase a esos días el veranillo de San Miguel, pero en cuanto a las precipitaciones es más complicado y no me atrevo a avanzar si se moja o no la ofrenda de flores, está demasiado lejos», ha reconocido.

Cálido y húmedo

Lo que sí queda claro es el carácter «especialmente cálido y húmedo» del verano recién finalizado. Con una temperatura media en la España peninsular de 23,1 grados, el valor durante el verano queda un grado por encima de la media de esta estación --1991-2020--. Ha sido el sexto verano más cálido desde el comienzo de la serie en 1961, y también el sexto más cálido del siglo XXI. De hecho, de los diez veranos más cálidos de la serie, nueve pertenecen al siglo XXI.

En Aragón la anomalía térmica fue de 1,3 grados, con un mes de junio normal y julio y agosto muy cálidos. Destacó Valderrobres, con 2,9 grados por encima de la norma. Por capitales de provincia, Zaragoza registró 1,2 grados de más, Huesca 1,3 y Teruel 1,5.

En cuanto a las precipitaciones, el verano ha sido en su conjunto muy húmedo, con un valor de precipitación media sobre la España peninsular de 82,2 milímetros, valor que representa el 117 por ciento del valor normal del trimestre en el periodo de referencia 1991-2020. El periodo analizado ocupa el cuadragésimo segundo lugar, en orden de más seco a más húmedo, desde el comienzo de la serie en 1961 y el vigésimo del siglo XXI.

Aragón ha seguido esa estela, con un valor promedio incluso superior --124%-- y 26 milímetros de superávit promedio. Por meses, junio ha sido húmedo, julio seco y agosto ha resultado muy húmedo. En todo caso, el mapa de la Comunidad refleja diferencias notables, con un predominio del verde de lluvias en valores por encima de media y algunas zonas marrones en el sureste de la comunidad en negativo. La Almunia de Doña Godina, por ejemplo, ha registrado una anomalía pluviométrica del 254%, mientras que Andorra se queda en el 51%. Por capitales, Zaragoza 128% --un 28% más--, Huesca 117% más y Teruel 193%.

Unas tormentas "muy efectivas"

Los episodios de lluvias intensas de este pasado fin de semana mantienen fresco en la retina el fenómeno de las grandes precipitaciones, que ya se ha repetido este verano en varias ocasiones en la Comunidad.

«En agosto y a primeros de septiembre se han dado precipitaciones intensas de carácter casi diría de tropical, con temperaturas altas», ha explicado Requena.

El delegado territorial de Aemet se ha detenido en describir la peculiaridad de ese fenómeno: «Siempre hay tormentas en verano, pero en los últimos días de agosto y lo que llevamos de septiembre se han dado muchas tormentas muy puntuales que no tienen un gran desarrollo, pero que son muy efectivas y miras la cantidad y no se explica, pero es que cae en muy poco tiempo».

Un comportamiento «tropical» que la Aemet estudia a raíz del informe solicitado por el Gobierno de Aragón para valorar si es posible solicitar la declaración de zona catastrófica por los recientes episodios de tormentas en diferentes zonas de la comunidad autónoma, tal y como ha compartido Requena.