Arza ha defendido, en una intervención en el Forum Euskadi en Bilbao, que el diálogo social es «claramente es beneficioso» en Euskadi, pero también en el ámbito estatal, ya que «todas las mejoras» que tienen los trabajadores vascos del sector público y del privado «pasan por los acuerdos que firman las organizaciones sindicales confederales», UGT y CCOO, a nivel estatal.
En este sentido, ha recordado el «escudo social» puesto en marcha con motivo de la pandemia de covid-19, la «subida muy importante» del Salario Mínimo «de 735 en el año 2016 a 1.134 en el año 2024», el incremento de las pensiones «respetando el IPC» o la reforma laboral «con resultados claros y nítidos» en la contratación indefinida.
En el caso de Euskadi, ha destacado el «acuerdo de bases» para la ley de Empleo, el acuerdo «muy satisfactorio» para la mejora del acceso a la Renta de Garantía de Ingresos y el trabajo que se está haciendo para temas «importantes» como la incapacidad temporal derivada de contingencias comunes o el «reto» de hacer un pacto social por los cuidados, además del desarrollo de la ley de Empleo y la reforma de Lanbide.
UGT no va a «desaprovechar cualquier mesa para poder mejorar las condiciones» de los trabajadores, ha afirmado su responsable, que ha anunciado que va a «participar en todas las mesas, en todos los foros donde podamos arrancar algo que mejore las condiciones».
Por otro lado, ha considerado que se están «magnificando» los datos de absentismo laboral de Euskadi porque tampoco son «excesivamente diferenciales» con el resto de España y está en «una situación media-baja» con respecto a otras zonas de Europa.
Asimismo, ha señalado que el País Vasco tiene «una serie de condicionantes» que para estar «a la cabeza de la incapacidad temporal por contingencias comunes», entre ellos que su mercado de trabajo está «fuertemente envejecido» y, de hecho, «prácticamente» el 40% de los trabajadores son mayores de 50 años y «uno de cada cuatro es mayor de 55».
A ello, ha sumado «el colapso» en el servicio vasco de Salud que retrasa los tiempos de atención ya desde la Atención Primaria. Asimismo, ha advertido de que el 24% de las bajas en Euskadi están vinculadas a problemas leves de salud mental, ocho puntos por encima de la media estatal, una situación que «va aparejada a qué pasa» en Osakidetza porque hay «315 psicólogos y psiquiatras para atender a una población de 2.200.000».
También ha considerado que incide el hecho de que «la mayor presencia sindical» hace que «los trabajadores tengan más derechos» que en otras comunidades y haya «complementos a la incapacidad temporal», lo que ve «positivo» porque los trabajadores «no tienen que ir enfermos a trabajar».
Arza ha defendido la propuesta de utilizar la estructura de las mutuas en casos de enfermedades derivadas de trastornos músculo-esqueléticos, hasta que los sistemas de salud de las comunidades autónomas «no den respuesta», con el objetivo de «adelantar» los diagnósticos «siempre con una garantía, que es la voluntariedad del trabajador y la supervisión del médico de cabecera».
Acostumbrado a que «se nos critique», ha asegurado que UGT va a «seguir trabajando» en esa línea porque «la mejora» de los trabajadores es «consecuencia de nuestro trabajo, por desgracia, en Madrid, porque si hablamos de la administración pública, aquí los convenios de las administraciones públicas vascas son de 2009, 2010, 2011, el más moderno».
Así ha censurado a «aquellos que presumen de tener una mayoría combativa, en la que solo es posible arrancar las cosas 'borroka bide bakarra'», y ha subrayado que, «al final, la mejora de las condiciones de los trabajadores no son como consecuencia de esa lucha, porque han hecho unas cuantas huelgas al Gobierno Vasco y no han sido capaces de rascar nada».
«La subida económica viene los acuerdos de Madrid, la mejora de los permisos y la conciliación viene de Madrid, y nosotros vamos a seguir trabajando en esto y en todo lo demás», ha señalado.
Salario mínimo vasco
Preguntado por las propuestas realizadas para establecer un SMI vasco, ha precisado que Euskadi «no tiene capacidad legislativa a día de hoy para establecer un salario mínimo de obligado cumplimiento para el conjunto de las empresas» y lo que se puede hacer es «establecer un salario mínimo garantizado con un acuerdo bipartito entre las organizaciones patronales y sindicales» para trasladarlo al conjunto de la negociación colectiva.
Arza ve «interesante» impulsarlo porque «Euskadi tiene unas condiciones diferentes a lo que es el salario mínimo a nivel estatal» pero, según ha subrayado, «sería en todo caso un salario mínimo garantizado a través de la negociación colectiva», en la que también debería abordarse el tema de la jornada laboral.
En todo caso, ha eludido «entrar en una guerra de cifras» sobre el importe en que se debería establecer para ese salario mínimo, algo que ve «contraproducente». «Si lo que hacemos aquí es una ILP para agitar un poco el mercado laboral con el objetivo de tener una hoja de ruta de campaña electoral que tiene que ver igual con las elecciones en Osakidetza al día 28 u otros procesos electorales... Esto no va de procesos electorales, esto va de mejorar las condiciones de trabajo», ha remarcado.
Por ello, UGT se va a «esforzar en el seno del CRL para ver si somos capaces de llegar a un acuerdo bipartito con las organizaciones patronales vascas y ser capaces de poner en marcha un salario mínimo garantizado para la negociación colectiva».
Trabajadores extranjeros
En otro orden de cosas, ha asegurado que UGT no plantea «ningún problema a que puedan venir» trabajadores extranjeros, pero considera que «primero» el «reto» es «devolver» al mercado de trabajo a los «casi 110.000 desempleados vascos y vascas que ya están aquí».
Además, ha explicado que hay en torno a 4.000 trabajadores en situación irregular cobrando prestaciones del sistema de renta garantía de ingresos y «muchos» de ellos formados, a los que habría que hacer «un esfuerzo para regularizar cuanto antes» para que se incorporasen también al mercado de trabajo.
Asimismo, ha apelado a «hacer más ágil el reconocimiento de las titulaciones de los extranjeros que ya están aquí con permiso de trabajo» porque no tiene «ningún sentido que se tarden tres o cuatro años para homologar los títulos y estén en una situación subempleo».
«Una vez que hagamos todo eso, habría que ver si necesitamos trabajadores extranjeros o no», ha planteado Arza, que ve «muchas veces la tentación de traer trabajadores extranjeros para poder rebajar las condiciones de los que ya están aquí».
Así, ha apelado a hacer un estudio de las necesidades que tienen las empresas, definir «qué necesitamos», ver «qué se puede hacer» con los desempleados --la mayoría mujeres y «con escasa formación»--, y, si se «necesita gente», consensuar «cómo debería venir».
Finalmente, ha explicado que Euskadi tiene un «porcentaje pequeño» de contratos fijos discontinuos y está en «un oasis», pero en otras comunidades «sospechosamente ha crecido exponencialmente» esta modalidad de contratación. Por ello, ha apostado por «regularlo aún más» para que no sea «una nueva triquiñuela de utilización de la contratación temporal por parte de algunos empresarios».
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