En este sentido, ha mostrado su «máxima preocupación» por la situación generada por los ataques de lobos en determinadas zonas de montaña del País Vasco, que están ocasionando un «daño permanente e irreparable» en las explotaciones ganaderas, debido al asentamiento y movimientos de manadas entre las comunidades colindantes con Euskadi.
Ya en junio de 2023, la entonces consejera Arantza Tapia trasladó a la ministra Teresa Ribera la misma visión sobre esta cuestión. Este año, la propia Amaia Barredo insistió ante Ribera en el mismo sentido, no habiendo obtenido respuesta alguna.
Al igual que entonces, Barredo ha remitido a la ministra de Transición Ecológica y del Reto Demográfico el informe de alternativas de ordenación, donde se concluye que «la inclusión del lobo en el Listado de Especies Silvestres de Protección Especial no solamente es innecesaria para la preservación adecuada de la especie, sino que, a largo plazo, acabará siendo perjudicial, como se está demostrando».
También ha detallado su propuesta al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, al considerar que el asunto cobra «doble actualidad», tras la reciente aceptación por parte del Comité Permanente encargado de supervisar, en los acuerdos de la Convención de Berna, la propuesta de la Unión Europea para rebajar el nivel de protección del lobo, que pasa de ser una especie 'estrictamente protegida' al estatuto de 'simple especie protegida'.
Estrategia
«Sabiendo que el lobo cuenta con una estrategia propia en el Estado español para su conservación -más estricta de lo que pide la propia Unión Europea- desde el Gobierno Vasco no manifestamos oposición a su lógica protección, si bien ésta debe ser proporcional a su situación real y con una visión ecológica de la especie dentro de su hábitat que, en nuestro caso, corresponde al norte del Duero», ha precisado Amaia Barredo.
Además, solicita al Ministerio que «dé pasos firmes y rápidos en esta dirección» y que el Estado español no sea el «último en ajustarse a una protección de esta especie que permita garantizar la supervivencia de nuestro ganado y nuestro sector ganadero».
Por lo tanto, desde el Gobierno Vasco se ha vuelto a solicitar al Ejecutivo central la reducción del estatus de protección del lobo en la zona norte del río Duero y la concreción del estado de conservación de esta especie «no de manera globalizada o localizada en una autonomía, como hasta ahora lo han promovido diferentes grupos, medida contraria a la consideración de los hábitats de esta especie en los anexos de la Normativa Europea para la protección de especies y hábitats».
Amaia Barredo ha señalado a la ministra Sara Aagesen que en la actualidad se están dando de manera reiterada ataques de lobos a mastines, ovejas, vacas, potros y burros, tanto en cuadras como en montes abiertos de Álava y Bizkaia, con graves heridas y muertes de numerosos animales. «Todo ello motiva una urgente revisión de la cuestión planteada y la toma en consideración de esta petición», ha instado.
En línea con la ue
El comité permanente encargado de supervisar la Convención de Berna decidió este pasado martes aceptar la propuesta de la Unión Europea para rebajar el nivel de protección del lobo, que pasa de ser una especie 'estrictamente protegida' al estatuto de simple 'especie protegida'.
Este cambio debe entrar en vigor tres meses después de que se publique la decisión, aunque hasta entonces no se llevaría a cabo si un tercio (17) de los países que forman parte de la Convención de Berna manifestaran su oposición, según precisó el Consejo de Europa, del que depende el comité.
La principal novedad con el cambio de estatuto es que, con el régimen de protección estricta, la caza o la captura de estos animales estaba prácticamente prohibida.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmaba el martes que esa decisión adoptada por el comité permanente del Convenio de Berna de rebajar la protección de los lobos es «importante» y responde a la necesidad de tener un «enfoque equilibrado» entre la preservación de la especie y la protección de los medios de vida en el mundo rural.
Las peticiones de permitir una mayor flexibilidad para gestionar las concentraciones críticas de lobos llegan de varias regiones europeas, entre ellas de varias comunidades autónomas como Cantabria, Castilla León y Asturias -las denominadas comunidades loberas-, así como Euskadi La Rioja y Andalucía.
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