El pintor alcudienc Miguel Rivera Bagur, uno de los máximos
exponentes de la pintura naïf mallorquina, falleció ayer en Palma
los 80 años de edad. El funeral por el alma de este artista se
celebrará mañana, a las 20.00 horas, en la iglesia parroquial de
Sant Nicolau de nuestra ciudad.
Rivera Bagur nació en Alcúdia en 1919. De formación autodidacta,
realizó en 1954 la primera exposición individual en Palma.
Integrante del Grupo Tago, participó en la mayoría de exposiciones
y actividades que organizó este colectivo. A finales del decenio de
los años 50 su pintura adopta el lenguaje naïf, la mejor forma que
encuentra de expresar un mundo de «personas infantilizadas, dentro
de campos de cuentos de hadas, puerilmente serios y de una
recóndita frescura o de una indefensa melancolía», tal y como
definió su pintura.
Fue un pintor capaz de plantear, desde lenguajes muy personales,
una nueva lectura de la pintura de paisaje que, si bien no puede
calificarse de rupturista, quería romper los vínculos con el
costumbrismo característico del trabajo de la mayoría de sus
coetáneos. El período que va de 1964 a 1970 sirvió para multiplicar
su presencia internacional y supuso la consolidación de su estilo.
Su pintura fue prescindiendo de manera gradual de los elementos
concretos del paisaje, que recreaba en su estudio a partir de
apuntes esquemáticos.
Entre 1970 y 1980 aumentó la ordenación intelectual y simétrica
de los elementos compositivos de sus cuadros, de donde excluye
referencias a lugares concretos.
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